Por toparse con un “hombre” que luego no les cumple, porque sebnecesita ayuda para sostener el hogar o porque por cuenta propia han decidido hacerse cargo de su familia, hay que reconocer el duro trabajo –dentro y fuera de casa- que realizan millones de mujeres en el país.

Madres y chambeadoras… para muchos es lo mismo, pero nos estamos refiriendo a las 6 millones de mujeres en México que combinan el trabajo fuera de casa para sostener un hogar, con la responsabilidad del cuidado de un hijo. Toda una problemática para varias de ellas, ya que pese a que el gobierno dice atender el asunto, todo queda en el discurso.

Muestra del poco apoyo que reciben las mujeres en esta situación son –sobre todo- aquellas que cuentan con bajos recursos, ya que muchas de ellas debido a estar contratadas en sus trabajos por sólo tres o seis meses, no consiguen acceder a derechos sociales como guarderías, el permiso de lactancia del que deberían gozar o poder cuidar a sus hijos en caso de enfermedad… y aquellas que pueden solicitar estos derechos no lo hacen por temor a ser despedidas.

Contrario a disfrutar la importante etapa de ser madres, muchas mujeres incluso llegan a cubrir jornadas de 12 horas, todo para llevar más recursos a sus hogares… y aun con tamaño sacrificio, lejos de ser reconocidas, sufren señalamientos y reproches por desatender sus hogares, se hace presente en ellas el sentimiento de culpa, que tratan de superar –algunas- con psicoterapia: ocho de cada 10 mujeres que reciben terapia es a causa de sentirse culpables por no haber pasado más tiempo con sus hijos de pequeños, señala Claudia Sotelo, directora del Centro de Especialización en Estudios Psicológicos de la Infancia (Ceepi).

La anterior afectación no es exclusiva de mujeres de bajos recursos, incluso la culpa se hace presente en hogares con buenas condiciones económicas, ya que las madres sienten culpa por haber atendido cuestiones profesionales en lugar del cuidado de sus hijos.

Pero la problemática se hace también presente en hogares que cuentan con la figura paterna, debido a el hombre no comparte la responsabilidad del cuidado y crianza  de los hijos… aunque se ha ido avanzando en el tema, queda mucho por trabajar, señala Adriana Jiménez, coordinadora de la Red por los Derechos Sexuales y Reproductivos.

Así que ya saben, si tienen por pareja a una mujer que además de cuidar al niño, tiene que salir a chambear, no seas gandalla y échale la mano… y si tu mamá –ella sola- se ha hecho cargo de ti y aunque llega totalmente molida después de una larga jornada de trabajo, tiene fuerzas para preguntarte “¿cómo te fue mijo?”… ya sabes lo que tienes que hacer. Hoy y siempre: agradece, aprovecha y ama ese esfuerzo que seguramente nadie más haría por ti.

*Vía La Jornada

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