Pese a los aguaceros majaderos que han caído en diferentes partes del país, la sequía que se sufrió meses antes dejó a México mal parado en lo que respecta a la distribución de agua, por ello, CONAGUA iniciará acciones que garanticen el abasto.
Un poco tarde, dicen en varias alcaldías de la CDMX… pero bueno…
Con la publicación en el Diario Oficial de la Federación del “Acuerdo de inicio de emergencia por ocurrencia de sequía severa extrema o excepcional en cuencas para el año 2021”, la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) tiene luz verde para, precisamente, comenzar con la implementación de medidas que garanticen el abasto de agua a la población en cuencas o municipios que presenten dicha condición.
De acuerdo con el comunicado compartido por la propia CONAGUA por medio de sus redes sociales, las medidas serán transitorias (es decir, nomás por un ratito) y concertadas con los usuarios (bueno, más bien los representantes de estos) de manera quincenal, conforme lo que se vaya indicando en el Monitor de Sequía de México.
Entre las medidas preventivas –señala en comunicado– se contempla las “limitaciones temporales a los derechos de agua, mediante reducciones de volúmenes a los concesionarios que se encuentren en cuencas en condiciones de sequía severa, extrema o excepcional”.
Aunque lo anterior se ve medio gacho, la CONAGUA aclara que todas las medidas que se aplicarán serán con el único objetivo de garantizar la disponibilidad del agua… no de las empresas, sino de aquella que es utilizada en los hogares, así como en el espacio público urbano, tanto en localidades rurales como urbanas.
“Las medidas se adoptarán sin perjuicio de otras que resulten procedentes por parte de la CONAGUA, y de aquellas que en el ámbito de sus respectivas competencias ejecuten otras autoridades”.
El “Acuerdo de inicio de emergencia por ocurrencia de sequía severa extrema o excepcional en cuencas para el año 2021” es publicado a meses de que se informó que más del 85% del territorio del país experimentaba algún grado de sequía.
Aunque llegaron las lluvias (y bien macizo), los problemas con el agua se arrastran desde 2020, año en que la pandemia del COVID-19 generó una demanda del vital líquido que no se tenía contemplada… y es que, en estas épocas, eso de lavarse las manos a cada rato es un lujo en varios puntos del país (necesario, pero lujo al fin).