El mundo de las criptomonedas se expande ferozmente día a día. Este 2021 ha funcionado como un experimento en tiempo real para ver sus alcances y posibilidades. Hemos sido testigos de eventos sugerentes en este tema. Por ejemplo, en la primera mitad del año, Dogecoin, la criptodivisa del perrito shiba inu, tuvo variaciones de precio fortísimas; de hecho, en algunas semanas posicionándose incluso como un instrumento de inversión plausible. Todo esto en gran medida por los apoyos públicos del multimillonario Elon Musk.

Simultáneamente, cambios en las legislaciones de China con respecto a las cripto tuvo a Bitcoin—el activo financiero de este tipo más importante del mundo—en oscilaciones fuertes de valor; sin embargo, de cualquier modo su valor pasó de superar los 14,000 dólares por unidad en enero de este año a encontrarse por encima de los 50,000 actualmente. Vaya, hasta en este año se dio que El Salvador comenzó a aceptar Bitcoin como moneda de curso legal. 

Quizá por eso no sorprende tanto que la página de compraventa de criptomonedas Crypto.com haya adquirido los derechos de nombre de la arena que aún se conoce como Staples Center en Los Ángeles, California. Aunque no se ha dado a conocer el dato exacto de la transacción, se dice que se dio en 700 millones de dólares, volviéndola una de las más abultadas de la historia. Hogar de los Lakers (y sus filiales de la WNBA y la GLeague) y los Clippers de la NBA, así como de los Kings de la NHL, este venue será conocido como la Crypto.com Arena a partir del próximo 25 de diciembre. ¿Pero qué implica el cambio? ¿Cómo se puede entender el ascenso de una plataforma como ésta? ¿Qué representa para el mundo de las criptomonedas en su conjunto?

Un cambio histórico

Este tipo de jugadas no son nuevas. Jugadores clave de mercados internacionales posicionan sus nombres y marcas a través del deporte desde siempre. Más allá de patrocinios clásicos—el logo en la camiseta de un equipo o el alerón de un automóvil—, lo que pretenden es que la empresa se vuelva palabra de uso común en un ideario colectivo. Esto ha sido particularmente común en el fútbol europeo a lo largo de las últimas décadas, con la llegada de los cañonazos de los petrodólares de Medio Oriente que han rebautizado infinidad de estadios clásicos para volver equipos—sino es que ligas completas—brazos de mercadotecnia para empresas y gobiernos.

Lo que hace ahora Crypto.com no es muy diferente a lo hecho por Etihad o Emirates en el fútbol, o a lo que hicieron Marlboro y Camel con Mclaren y Lotus en la Formula 1 en los años 80. O, para el caso, lo que hace Akron con las Chivas en Liga MX. De hecho, es una tendencia que ya había comenzado meses antes también en la NBA. La American Airlines Arena, hogar del Heat de Miami, pasó a llamarse FTX Arena, a partir de la adquisición del nombre por la criptomoneda FTX en una transacción que alcanzó los 135 millones de dólares. Igualmente, Crypto.com ya se había posicionado como patrocinador único del jersey de los 76ers de Filadelfia para esta temporada.

Lo histórico del cambio de nombre del Staples Center viene de la carga simbólica del recinto—y su nombre—, un lugar que se asocia con el renacimiento de los Lakers de Los Ángeles en los 2000 y que necesariamente va acompañado de la imagen y legado de Kobe Bryant. No es fortuito que ya, desde ahorita, hay quien dice que nadie le llamará Crypto.com Arena a su estadio.

El mundo cripto en lo mainstream

Pero más allá de los usos y costumbres de los fans de los Lakers o de los ciudadanos de Los Ángeles, la adquisición del nombre de ese estadio por Crypto.com parece confirmar las tendencias tan claras de este año: el poder de las criptomonedas y el mundo que le acompaña se acercan de manera cada vez más agresiva a la vida “mainstream”. Hasta hace relativamente poco, hablar de criptodivisas parecía raro y hasta ridículo, como si se diera por hecho que el Bitcoin y otros activos estaban—o están—condenados al fracaso.

Hace apenas 4 años, Crypto.com no era más que el blog privado de un profesor universitario que había comprado ese dominio en los años 90. La plataforma que ahora lleva ese nombre, y que lo pondrá en uno de los recintos deportivos más importantes de Estados Unidos a partir del mes próximo, se llamaba Monaco y su enfoque principal no se encontraba en ser un espacio de compraventas de criptomonedas. Cosa interesante es que a la fecha ni siquiera es de las plataformas de este tipo más importantes en ese ecosistema, apenas se posiciona en 9º lugar a nivel mundial.

Sin embargo, la llegada de la Crypto.com Arena, junto con la FTX en Miami, puede ser el primer paso de un ecosistema de criptomonedas tratando de hacerse camino en un mainstream mucho más amplio que el de su nicho. Las carretadas de dinero para intentarlo ya las tienen, lo interesante será ver cuántos de estos esfuerzos pasan a ser parte de la imaginación colectiva o terminan nomás en llamarada de petate. 

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Soy Raúl, pero la gente me conoce como Ruso. Estudié letras inglesas en la UNAM y tengo una maestría en periodismo y asuntos públicos por el CIDE. Colaboro en Sopitas.com desde hace más de seis años....

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