El año pasado fue particularmente interesante en materia de exploración espacial. Por un lado, se llevaron a cabo los primeros vuelos suborbitales comerciales de la historia. Primero, el 11 de julio de 2021 Virgin Galactic, del empresario Richard Branson, despegó hasta los linderos del espacio para brindarle a una tripulación civil la posibilidad de ver la Tierra desde la atmósfera. Pocos días después, Blue Origin, de Jeff Bezos, hizo lo propio para comenzar a probar las posibilidades del turismo espacial en el futuro cercano. Ya hacia septiembre, SpaceX completó su primer vuelo orbital con una tripulación enteramente civil con su misión Inspiration4.
Por otro lado, fuimos testigos de dos misiones altamente llamativas por parte de la NASA. En noviembre pasado salió del planeta el primer ensayo para probar tecnología de desviación de asteroides, conocida como DART, y no muy diferente a lo que vimos en la película Armageddon hace casi 25 años. Posteriormente, en Navidad fue lanzado el Telescopio espacial James Webb con miras a entender mejor el origen del universo y la velocidad con la que se contrae.
Más allá de los debates éticos y políticos sobre el papel que juegan multimillonarios en la carrera espacial por tratar de conquistar nuevas fronteras, tenemos frente a nosotros una sucesión de avances gigantescos en materia de exploración que muy probablemente cambiarán el panorama del mundo entero a lo largo de las próximas décadas. La fascinación histórica que la humanidad ha tenido con el espacio ha vuelto al centro de nuestra atención y se trata de un tema que no desaparecerá en el futuro cercano. De saque, si 2021 fue un año intenso en estos menesteres, todo parece indicar que 2022 podría serlo aún más.
Avances en el turismo espacial
Lo que lograron Virgin, Blue Origin y SpaceX en 2021 trajo consigo el banderazo de salida para lo que ya se conoce como turismo espacial. Por el momento, por supuesto, se trata de algo inaccesible para la inmensa mayoría del planeta. Son poquísimas las personas que se pueden dar el lujo de gastar más de 200,000 dólares para sobrevolar la Tierra. Y, sin embargo, esto no detiene a las empresas que quieren concretar el proverbial “Quien pega primero, pega dos veces” para tratar de consolidarse como los proveedores de un servicio que, esperan, eventualmente será de uso común. 2022 será un año crucial. Los reguladores estadounidenses fijaron un periodo de amplias libertades de ajustes sin mayores consecuencias para la industria que terminará en 2023.
En 2022 se esperan algunos movimientos interesantes en la industria del turismo espacial. SpaceX pondrá a prueba su cohete Starship en una misión orbital. Por el momento, se ha retrasado el lanzamiento porque se siguen realizando análisis de impacto ambiental. Pero la relevancia de esta misión recae en que se trata de la misma tecnología que SpaceX pretende utilizar eventualmente para llegar a Marte. Por su parte, Blue Origin tiene contemplado seguir con sus vuelos suborbitales. Sin embargo, tiene en el horizonte el desarrollo de Orbital Reef, una estación espacial que planea junto con Sierra Space; una empresa que comenzará este año con viajes de carga a la Estación Espacial Internacional (EEI). Y aunque Virgin ha retrasado considerablemente sus planes actuales, comenzó 2022 poniendo 7 satélites en órbita.
A estas tres empresas se sumará Boeing, que tendrá listo su Starliner en este año; una nave espacial con la capacidad de llevar y traer pasajeros de la EEI fácilmente. Si las primeras misiones son exitosas, bien podrían decidir utilizar el Starliner para turistas.
A la Luna, Marte y más allá
Pero la exploración espacial actual no se trata nada más de los intereses de multimillonarios. Para 2022 se prevén varias misiones de alto interés público impulsadas por gobiernos de todo el mundo. La NASA tiene contemplado volver a tener misiones tripuladas a la Luna, con miras a establecer una colonia científica en 2025. Como parte de la estrategia para preparar eso, este año comenzará con una misión que enviará una flotilla de robots para cartografiar los depósitos de agua subterráneos del satélite, entender su geología interior e investigar a mayor detalle la superficie lunar. Asimismo, para 2023 se contemplan misiones a la Luna por parte de Rusia e India, así como el lanzamiento de un satélite surcoreano para analizar componentes minerales exhaustivamente.
Pero así como la NASA concentrará esfuerzos para volver a acercarse a la Luna, la Unión Europea y Rusia avanzarán significativamente en sus misiones a Marte. El proyecto ExoMars enviará un rover al planeta rojo con la capacidad de penetrar varios metros la superficie marciana. ¿El propósito de esta expedición? Hay esperanza de encontrar formas de vida primitivas o al menos vestigios de organismos que ya se hayan extinto. Si logran con éxito su cometido, sería la primera vez que rusos y europeos pueden aterrizar en Marte. Asimismo, la NASA establecerá una misión de un año en Texas, en un simulador de Marte impreso en 3D, donde se pretende estudiar y preparar las posibilidades de una primera colonia marciana.
Si 2021 fue un verdadero espectáculo en materia de exploración espacial, 2022 tiene todo el potencial de redoblar apuestas. Valdrá la pena estar atentos.