Al menos no se podrá decir que no son parejos: así como son desatendidos con el medio ambiente, también descuidan el bienestar de sus trabajadores. Hablamos de Grupo México, empresa dueña de la minera Buenavista del Cobre, la cual hace más de un mes provocó un desastre ecológico al derramar 40 mil metros cúbicos de químicos sobre los ríos Bacanuchi y Sonora.
Por el ecocidio provocado, la Cámara de Diputados creó una comisión que se encargó de investigar todo lo relacionado con la minera, encontrando algunas pequeñas fallas en su programa de seguridad, la cual debería ser un “poquito” más minuciosa dado que los trabajadores están “expuestos a niveles de polvo de por lo menos 10 miligramos por metro cúbico de aire (mg/m3)”…
Y quizá si sólo fuera polvo no habría tanto problema –es un decir-, pero el detalle es que el aire que se llevan a los pulmones los trabajadores de las minas tiene 23 % de cuarzo de sílice, “por lo menos 1.2 mg/m3, o 10 veces más el límite máximo de exposición permisible en México, que es de 0.1 mg/m3”.
Por lo anterior, la comisión de los diputados le recomendó a Grupo México que no sean gachos y que ““ante la inexistencia de un sistema o equipo colector de polvo en operación”, se les proporcione a los trabajadores “respiradores de aire forzado o de suministro de aire con flujo continuo”, esto en lugar de las mascarillas de papel que utilizan actualmente…
No es para menos lo sugerido, ya que la constante exposición al polvo ha provocado en los mineros diversos síntomas relacionados con la salud pulmonar, como silbido en el tórax, tos y producción de flema, lo cual “refleja exposiciones anteriores al polvo y la probabilidad de subestimar las consecuencias de la enfermedad en esta población si las exposiciones continúan en las condiciones actuales. Es probable que un porcentaje de esta población de mineros pueda tener silicosis. La función pulmonar necesita ser evaluada en una población más grande para determinar el grado de enfermedad en esta población de alto riesgo”, señala el informe de la comisión especial.
Además de la detección de irregularidades en el cuidado de la salud de los mineros, el informe resalta la inseguridad que prevalece en las instalaciones de la minera, la cual Grupo México no ha atendido debidamente. En total son 72 medidas correctivas las que se solicitan a Grupo México, la mayoría relacionadas con denuncias de los propios trabajadores de la mina.