La supertormenta Sandy ocurrida el año pasado en Estados Unidos dejó a su paso un indeterminado número de historias llenas de desgracias, pero también existe el otro lado.
Tras haber sufrido los estragos de la tormenta Sandy, el paisajista salvadoreño Marvin Rosales limpiaba los escombros cuando sorpresivamente descubrió un pequeño y húmedo papel que le ha cambiado la vida.
Era nada menos que un boleto del sorteo “Win a 1,000 a Week for life” (Gana 1,000 dólares a la semana de por vida), el cual, para su buena fortuna, era uno de los premiados. Sin embargo, Rosales tuvo que esperar más de un año para hacer válido su premio.
El motivo de la demora fue el largo viacrucis que tuvo que pasar para cobrar lo ganado: primero fue a la tienda donde supuso fue comprado el boleto, ahí no fue posible verificarlo, por lo que tuvo que llevarlo al Servicio al Cliente de la lotería de Long Island, donde un año después los oficiales confirmaron el premio.
De acuerdo con el vocero de la lotería, Lee Park, no se encontró motivo para creer que el boleto ganador “no pertenecía legítimamente al señor Martínez. No hubo reportes de robo o extravío del boleto (…)Debe hacerse notar que los boletos de la lotería son instrumentos portadores (…) En instancias como ésta, es una práctica estándar que la lotería pida un periodo de espera de un año antes de entregar el premio en caso de que alguien más lo reclame”.
Además de Rosales Martínez, el viernes pasado otras cinco personas fueron premiadas por la lotería de Nueva York. Aunque el premio era de mil dólares a la semana de por vida, Rosales prefirió un pago único de 779 mil 106 dólares, que tras el pago de impuestos y demás descuentos quedará de 515 mil 612 dólares… pero pues algo es algo.