Aunque es algo que muchos sospechamos cada que le reclamamos al mesero porque el café está frio o porque no trajo lo que le pedimos, un cliente de Estados Unidos tuvo que recurrir a la prueba policial para denunciar con los “pelos de la burra en la mano”.
Después de una nada amena noche en un Chili’s de Nueva York, Ken Yerdon y su esposa decidieron abandonar el restaurante no sin antes pedir sus bebidas para llevar… no pasó nada fuera de lo común, sólo no aguantaron que la comida no estuviera bien cocida y que el mesero demorara tanto en llevarles unas papas. “Fueron educados con el mesero, incluso le dejaron propina”, comenta el abogado de los Yerdon, Robert Lahm.
Al salir del establecimiento, la tapa de una de las bebidas se desprendió, dejando ver el desagradable ingrediente extra: un escupitajo… un poco tarde: ya le había dado sus dos buenos tragos.
Después de dejar en casa a su esposa e hijo, Ken regresó al restaurante para reclamar…los gerentes se disculparon, reembolsaron el costo de la comida y le regalaron algunos cupones, sin embargo, el mesero se negó a aceptar que él hubiera echado el gargajo. Ya en el estacionamiento, Yerdon encontró a Lamica llorando; el mesero nuevamente alegó que no fue quien escupió en el vaso desechable, además de que no quería perder su empleo… algo que no sucedió.
Como no quiso dejar las cosas así, Yerdon fue a la policía para solicitar una prueba de ADN y así descubrir quién entonces fue el responsable del maltrato al cliente… además se sometió a exámenes de hepatitis y VIH… algo exagerado, ya que el VIH no se puede transmitir por medio de la saliva.
En fin, la policía fue hasta casa de Lamica para solicitarle una muestra de su saliva… tres meses y gracias a los avances de la ciencia se demostró que, efectivamente, fue el mesero quien echó el escupitajo en la bebida de Yerdon… Lamica tuvo que pagar 125 dólares de multa y ¡listo!: para entonces ya ni trabajaba en Chili’s, no por el incidente, sino porque renunció por cuenta propia.
Como muestra de que un cliente de verdad indignado es más peligroso que caminar por Tepito a la medianoche, aunque todo esto ocurrió en julio del año pasado, se ha revivido el caso ya que el martes Yerdon presentó una demanda en contra del mesero, la matriz de Chili’s y el dueño del restaurante al que acudió, por retener a un empleado incompetente. Aunque no se ha informado cuanto solicita para olvidar las babas que se chupó, seguro se está hablando de unos cuantos millones de dólares…
*Vía abc