Facebook y Twitter se han apoderado de nuestras vidas prácticamente, podemos pasar horas en ambas redes, viendo publicaciones, comentando, compartiendo, o simplemente procastinando un buen rato para matar la última media hora en la oficina o escuela.
Si son usuarios de cualquiera de estas dos plataformas, seguramente en algún momento de su vida han tenido un amigo que se la vive compartiendo imágenes con frases inspiradoras o aplica el “Septiembre sorpréndeme” o comparte frases que jura Gandhi dijo en algún momento de su vida. Si no tienen un amigo así, lamentamos decirles que seguramente ustedes son esas personas.
Esto puede resultar realmente molesto, pues tu timeline se satura de imágenes con un fondo de atardecer en la playa y una frase tipo “lo que no me mata me hace más fuerte” o “la gente que está soltera es la más difícil de amar…bla bla” Algo así:
Un estudio reciente realizado por psicólogos, indicó que las personas que comparten este tipo de “frases inspiradoras” o “new age” tienden a tener niveles de inteligencia más bajos, sobretodo en el aspecto cognitivo.
El título del estudio es “On the reception and detection of pseudo-profound bullshit”, pusieron aprueba a 845 voluntarios y pidieron a estos que evaluar una serie de frases, donde tenían que indicar qué tan profunda les parecía y si estaban de acuerdo con ellas; usaron frases como “atención e intención son la mecánica de la Manifestación” y algo como “la imaginación está dentro de los eventos de tiempo espacio exponencial”. En las pruebas se incluyeron pruebas cognitivas también y debían aprobar frases religiosas, sobre actividad paranormal e incluso teorías de conspiración.
Gordon Pennycook de la Universidad de Waterloo en Ontario fue quien dirigió el estudio publicado en Judgment and Decision Making, quien declaró.
Aunque las tonterías (bullshit) son comunes en la vida y ha llamado la atención de filósofos, su recepción crítica o ingenua, no ha sido sujeto de una investigación empirica. Nos enfocamos en frases pseudo profundas, que consiste en afirmaciones aparentemente impresionantes que se presentan como verdadera y significativa, pero en realidad son superficiales.
Los más receptivos a estas tonterías son menos reflexivos, su capacidad cognitiva es baja (inteligencia numérica, verbal y fluida), son más son más propensos a confusiones ontológicas y planteamientos de conspiraciones, así como son más propensos a tener creencias religiosas y paranormales , y es más probable que respaldar la medicina complementaria y alternativa.
Así que ya saben, si la ciencia lo dice debe ser verdad. Seguramente también aplica para las imágenes navideñas que ya están empezando a inundar nuestros muros.