Estamos en febrero y el amor se siente en el aire. Por eso, nada como ver a un enamorado sorprendiendo a su amada. Esta es la hermosa historia de cómo Jorge Luis y Yahumira vivieron una agradable tarde de romance… ¡¿en la Cámara de Senadores?!
Sí, en una nota más de nuestra sección “cosas que sólo pasan en Los Simpson… y en México”, el día de ayer las flamantes instalaciones de la Junta de Coordinación Política (Jucopa) fueron el sitio donde el senador panista Jorge Luis Preciado sorprendió a su esposa con un pequeño convivo en su honor.
Ya ven, hay quienes sueñan con sorprender a su pareja llevándola a un buen restaurante, otros se lucen con una cena a la luz de las velas en su departamento, o invitándola a una función de teatro, pero Jorge Luis pensó que nada es más romántico que llevar a su esposa a la mismísima sede del Senado de la República.
Los envidiosos pensarán que estas oficinas no tienen nada de romántico, pero para esta ocasión, ese recinto se transformó en el salón de fiestas particular del coordinador del grupo parlamentario del Partido Acción Nacional, quien para amenizar el huateque hasta llevó al Mariachi Presidencial.
“El ‘Mariachi loco’ para que baile la festejada… ¡cómo no!”, llegó a comentar el vocalista de este conjunto musical antes de tocar esa bonita melodía que pone a todos jacarandosos.
El magno evento (al que no nos invitaron) fue en la terraza de la Jucopa, en donde se colocaron mesas y sombrillas, y al que asistieron amigos y familiares de la feliz pareja.
Supuestamente este festejo sólo sería una comida, pero la cosa se puso tan buena que se prolongó hasta las nueve de la noche, interfiriendo con el horario laboral de los Senadores. Los niños de los invitados iban y venían corriendo por todos lados, mientras los adultos tomaban, cantaban y bailaban. La música podía escucharse en las oficinas de la torre de las comisiones legislativas y en el patio central del senado, lo cuál provocó que muchos empleados se preguntarán qué habían hecho mal para no haber sido invitados.
Eso sí, para que no hubiera mal pensados como nosotros, la oficina de Preciado fue muy cuidadosa de emitir un comunicado para informar que la comida (en la que participó personal de la Jucopa) era por el Día de la Candelaria.
¡Y ni tamales hubo! Los invitados tuvieron que quedarse con las ganas de su atolito y su tamal de rajas, y conformarse con una comidita más formal y acompañar sus alimentos con Tequila Don Julio, vodka Absolut, whisky Buchanan’s, licor Baileys, ron Bacardi y vino tinto para los más elegantes.
Para bajarse la comida y hacer la digestión a-g-u-s-t-o algunos invitados fumaron puros. Sabemos que según la ley, el Senado es un edificio libre de humo, pero equis: “soy senador, estoy enamorado y YOLO” debió haber pensado en señor Preciado cuando cantó El Rey mientras se echaba un puro.
Aquí es importante aclarar que la canción no era El Rey que canta Chente… sino El Rey de Cacahuate, de Cri Cri.
“La princesa caramelo no quería andar con él, porque al rey en vez de pelo le salía pura miel”, cantó medio desafinado el panista.
No estamos en contra de que el señor Jorge Luis Preciado esté enamorado, al contrario, nos da gusto, pero que no use los recintos de trabajo federales como salón de eventos sociales, y menos cuando “se supone” que era el primer día del periodo ordinario de sesiones, en donde los legisladores tienen que sentarse a discutir y sacar adelante cerca de 90 reformas constitucionales y legales.
Si a esto le agregamos que los Senadores no exponen en qué y cuánto gastan el dinero, pues es casi imposible no ver con desconfianza el festejo de ayer. Al menos esperemos que Yahumira se la haya pasado bien.
Al parecer a los panistas ya les gustó eso de andar en la pura pin%#e party. Apenas ayer les contamos sobre las fiestecillas del diputado Luis Alberto Villareal y ahora esto. Sí, son unos loquillos… pero lo hacen por amor.
