Lo que necesitas saber:
Si se aprueba la Reforma Judicial sin cambios, vamos a poder votar por 1,686 jueces al mismo tiempo.
Una persona de la CDMX recibiría una boleta casi 2 mil candidatos diferentes y nadie sabe cómo llevar el voto popular de jueces a la práctica
Una de las principales propuestas en la Reforma Judicial de la Cuatroté que está cerca de consolidarse se encuentra en que las personas podamos votar por los jueces. O sea, que todos los magistrados —o togados, como dirían en el noticiario— sean elegidos por el voto popular.
Esta propuesta ha generado sus polémicas, pero también ha sido una de las promesas más populares con cerca de 75% de las personas en México a favor —en encuestas realizadas por el Gobierno, habrá que decirlo.
Sin embargo, el problema ahora se ha centrado en cómo llevarlo a la práctica.
Aunque la Reforma Judicial se discute a pasos apresurados, la realidad es que nadie dentro del Gobierno tiene ni la menor idea de cómo van a votar por los jueces o cómo es que le vamos a hacer a la hora de elegirlos con el voto popular.
¿Una boleta con muuuchos (pero muchos) nombres?
Nomás para que se den una idea: en México actualmente tenemos más de 1,600 jueces, magistrados y ministros.
Si contamos los cambios, las desapariciones de tribunales, de circuitos y toda la reorganización del Poder Judicial, si se lleva a cabo la promesa del voto popular, se estima que en 2025 podríamos votar por 1,686 jueces al mismo tiempo.
Arturo Zaldívar —el exministro de la SCJN que ahora forma parte del equipo de Claudia Sheinbaum— explicó que una de sus opciones es que tendríamos tres boletas y cada una de ellas tendría muchísimos nombres. Ahí les van sus cálculos:
- Votamos en todo México por ministros de la SCJN y magistrados del Tribunal Electoral.
- Cada región votará por sus circunscripciones electorales.
- Cada estado vota por los jueces de su circuito.
Contando cómo estaría el asunto, una persona de la CDMX recibirá una boleta con 1,968 candidatos diferentes para elegir a los 328 jueces del primer circuito, según estimaciones del periodista Arturo Ángel.
A eso, súmenle una boleta con 30 candidatos a la SCJN, otra con 30 candidatos más al Tribunal Electoral y el resto de los órganos regionales. ¿Lo ven posible?
Votar por los jueces poniendo su nombre
Tan nadie sabe cómo vamos a votar por los jueces en la Reforma Judicial que el propio Arturo Zaldívar presentó otra opción completamente diferente durante una entrevista con Ciro Gómez Leyva.
“Obviamente no puede ser que tengas mil nombres o 200 nombres y taches”, comentó una de las voces principales en la Reforma Judicial.
Entonces han planteado que para votar por los jueces tengamos que poner sus nombres. Sí, todos los casi 400 nombres de guamazo. “Quien vote pueda poner los nombres, un número limitado para ser jueces, magistrados o ministros”, señaló.
Otra de las opciones que han comentado —o sea, que la parte práctica sigue en el aire— está en que solo podamos votar por una tercera parte de los jueces. El resto de las opciones con voto popular se elegiría en elecciones posteriores.
Aunque claramente reduce el número ridículo de candidatos, la cosa sigue siendo complicada. Una persona de la CDMX recibiría una boleta con 650 nombres diferentes. Casual.
¿Cuánto va a costar votar por los jueces en la Reforma Judicial?
“El presupuesto no es caprichoso”, comentó la presidenta del INE durante los foros en los que se discute la Reforma Judicial. Y es que, claro, en el supuesto que se cumpla, ellos serían los encargados del paquetote de estas Elecciones para votar por jueces. No es cosa menor.
En su participación, rescató una gran cantidad de huecos en la Reforma Judicial.
Sin meternos en todo el enredo, recalcó que nadie sabe cómo va a ser la impresión de boletas, la creación de urnas, la capacitación de personal en las casillas. Al mismo tiempo dejó algunas dudas como quién va a hacer los cómputos, vigilar las campañas o darle certeza a los resultados.
Y esas son algunas de las principales dudas dentro de la Reforma Judicial que se está discutiendo. Más allá de la discusión política, nadie sabe cómo se llevaría a la práctica la promesa de votar por los jueces.