Durante el juicio en Nueva York en contra del narcotraficante mexicano Joaquin “el Chapo” Guzmán hemos entendido el origen de la guerra entre cárteles en México, la manera en que transportaba cocaína rumbo a Estados Unidos, a los funcionarios y policías que sobornaba y hasta quienes eran las amantes del Chapo.
Después de la desastrosa presentación de las llamadas interceptadas de capo mexicano, le llegó el turno de testificar a Alex Cifuentes, un narcotraficante de origen colombiano que se fue a vivir en 2007 con el Chapo para vigilar la distribución de cocaína y se convirtió en uno de sus hombres de confianza más cercanos.
¿De qué hablo? De la manera en que el Chapo vivía en las montañas justo cuando era uno de los más buscados.
Algunas novedades del juicio del Chapo Guzmán, día 28: trabajó más de seis años en un libro de memorias y en una película sobre su vida que él mismo quería dirigir, contó su exsocio Alex Cifuentes, que vivió con él en las montañas de Sinaloa
— Laura Bonilla (@LauraBonillaCal) 14 de enero de 2019
Según el testimonio de Cifuentes, el Chapo poseía más de siete propiedades en el “triángulo dorado” de la sierra de Sinaloa para poder esconderse. Estas casas eran pequeñas y modestas porque lo que se buscaba era no llamar la atención del ejército.
Sin embargo, en cada una había vidrios polarizados en las ventanas, generadores eléctricos, televisión con señal satelital y los electrodomésticos básicos. Incluso, algunas tenían pistas de aterrizaje clandestinas.
Lo que destacada (y era obvio) es que cuando el Chapo se encontraba en alguna de sus casas la zona era protegida por tres capas de guardias armados hasta los dientes desde las carreteras más cercanas hasta muy cerca de la casa. Cifuentes refiere que los guardias cobraban aproximadamente dos mil dólares cada 20 días.
Alex lived in one Chapo’s safe houses in Culiacan that had an escape tunnel built beneath the bath tub in the bathroom. Behind the mirror, on the right, there was a button that opened the tub hatch. Inside was a set of wooden stairs leading to the tunnel which led to the sewers.
— Alan Feuer (@alanfeuer) 15 de enero de 2019
Además, en un día normal el Chapo siempre estaba vestido con ropa militar camuflada para poder confundirse con la vegetación (en caso de ser necesario) e iba armado con un rifle AR-15 con un lanzagranadas de 40 milímetros y una pistola Super.38 con sus iniciales grabadas y la empuñadura incrustada con diamantes.
Por si fuera ya demasiado, el Chapo tenía que cambiar de ubicación cada 20 días para evitar que los militares se le acercaran demasiado.
El narcotraficante colombiano afirmó que el Chapo tenía a cientos de empleados trabajando para él, entre los que había agricultores de marihuana, amapola, guardaespaldas, pilotos, distribuidores de droga, etc. Habla de que pagar los “salarios” de todas esas personas implicaba al menos 200 mil dólares al mes.
Y sí, había personas que lo visitaban como socios de trabajo, su familia y por supuesto su esposa, Emma Coronel.
Hasta el Chapo tenía el sueño de hacer una película sobre su vida
Con todo y que la vida del narcotraficante mexicano era peligrosa y nada estable, el Chapo tenía la idea de escribir un libro y una película sobre su vida. La cosa es que hasta llegaron a contratar a un productor colombiano para encargarse del proyecto, sin embargo la idea nunca aterrizó.
Durante varios años Joaquín “Chapo” Guzmán trabajó en planes para un libro y una película sobre su vida que él mismo deseaba dirigir, contó el lunes en su juicio en Nueva York su exmano derecha Alex Cifuentes.https://t.co/byeu2K72F6 pic.twitter.com/uFLnv3Y9m2
— Newsweek en Español (@NewsweekEspanol) 14 de enero de 2019
Con información de BCC