La tarde de ayer, aproximadamente a las 18:15 horas, en la comunidad de Puerto del Quirreño, municipio de Aqulilla, Michoacán, se registraron agresiones cometidas entre «dos grupos» , cuyo resultado preliminar es de un muerto y cinco heridos.
Según La Jornada, la Secretaría de Gobernación informó que las fuerzas federales se encuentran en el lugar a fin de brindas auxilio a los lesionados y realizar patrullajes en la zona. El Ministerio Público iniciará las investigaciones correspondientes.
AFP calificó el hecho como un enfrentamiento entre las autodefensas y el crimen organizado.
Los autodefensas de Tepalcatepec reportaron que la persona fallecida y los heridos pertenecen a sus filas.
En su página de Facebook, Policía Comuniaria de Tepalcatepec, pusieron:
«Desafortunadamente hay una baja de nuestros hermanos y varios heridos»
Según Proceso, éste es el segundo enfrentamiento entre grupos armados en lo que va de la semana. El anterior fue el que ocurrió el miércoles por la tarde en el poblado de El Carrizo, cerca de Apatzingán.
Nosotros podríamos preguntarnos ¿si ya se cuenta con la presencia de las fuerzas federales, por qué esta semana han habido dos enfrentamientos violentos entre autodefensas y el crimen organizado? ¿no que los enfrentamientos ahora iban a ser entre las fuerzas federales y Los Caballeros Templarios?
Las Mujeres michoacanas
Si una figura ha sido muy importante en los movimientos bélicos en nuestro país, es la de la mujer. Las mujeres han sido participantes activas desde que estas tierras han sido habitadas, desde las ahuianis mexicas que acompañaban a los guerreros, pasando por las mujeres insurgentes en la época de la Independencia, las adelitas en la Revolución, las mujeres y comandantas zapatistas, hasta el día de hoy con las mujeres autodefensas.
El día de hoy, El Universal sacó un reportaje sobre la participación de las mujeres entre los grupos autodefensas, quienes no tienen mucha representación entre estos grupos, ya que, entre los líderes de los más de 30 consejos de todos los municipios levantados en Michoacán, sólo 3 son mujeres.
Además de la guerra que se está efectuando allá, las mujeres autodefensas tienen otra pelea, la que realizan diariamente en contra de los prejuicios de la gente, aunque, según ellas, no se arrepienten de la decisión que tomaron.
La Comandante Bonita
Entre todas las personas que estuvieron ese 12 de enero en el que las autodefensas arrebataron Nueva Italia a Los Caballeros Templarios a punta de pistola, solamente hubo una mujer.
Ella entró a bordo de una camioneta con un R-15 en mano. Pequeña, rasgos delicados y mirada fulminante, así llegó La Bonita a la ciudad, que estaba sitiada y bajo fuego.
Al llegar, con destino a Lombardia, encontraron, a unos 30 metros de distancia, a la altura de una discoteca, a unos sujetos que llevaban camisas de autodefensas. «¿Son amigos?» preguntó alguien, al parecer sí lo eran, pero al acercarse, uno de ellos se paró en medio de la calle con un «lanzapapas» (así llaman allá a los lanza granadas) y les disparó, afortunadamente no les dio y así comenzó uno de los enfrentamientos más violentos en ese lugar.
La Bonita resume el hecho:
«El encontronazo estuvo bueno»
Al preguntarle la periodista si tuvo miedo, la mujer lo vio extrañada y contestó:
«No»
«Será por mi carácter, que lo tengo muy duro, o porque ya me acostumbré…. quizá la primera vez…»
Se le preguntó cuándo fue la primera vez que estuvo en un enfrentamiento, a lo que La Bonita dijo:
«Tenía 15 años»
Esa vez, ella salía con su novio de una fiesta, ella traía el arma de él en la bolsa, alguien trató de atacarlos, ella le dio el arma y se defendió, entonces era una adolescente, ahora tiene 31 años. Años después, tendría que dejar a sus dos hijas y su empleo en una tienda de autoservicio en Estados Unidos y estaría casi una año en batallas como escolta de El Americano.
El Americano es el líder de Buenavista y encabezó la toma de Parácuaro, Antúnez y Nueva Italia.
Los de Buenavista casi siempre van al frente y al lado de su líder va siempre La Bonita.
La mujer nació en Cenobio Moreno (Apatzingán), creció en Estados Unidos, aunque regresaba seguido a Michoacán, cada vez que lo hacía se enteraba de casos terribles que alimentaban su indignación:
«Niños de cuatro o cinco años levantados»
«Para no ir más lejos, se llevaron a mi cuñada con tres meses de embarazo»
Cuando comenzaron los autodefensas tomó la decisión de sumarse:
«Y aquí estamos»
«Yo no ando con ninguno. Muchos piensan que por ser mujer andas con el jefe o algo. Hay algunas muchachitas que sí. Pero yo no. Yo vengo por esto»
Y al momento de decirlo afianzó su R-15.
Algunos de sus compañeros reiteran lo dicho por La Bonita:
«Muchas vienen con novio. La Bonita viene sola»
Darse su lugar ha sido difícil, sobre todo porque muchos de los hombres llevan meses sin ver a su mujer, pero respetan a la comandanta:
«A mí me respetan mucho. Todos me hablan de usted. Y yo me hablo con todos»
Al final la periodista le pregunta que si ha matado a alguien, a lo que La Bonita responde entre risas:
«No sé. Yo sólo disparo»
Idalia
Idalia, una cortadora de limón, vio cómo los autodefensas se llevaban a un puntero (informante de Los Caballeros Templarios) a Buenavista, así que los siguió, pues era el hombre que quería, y recorrió los varios kilómetros que la separaban de él. Pero en Buenavista, a pesar de ser territorio autodefensa, un espía de los Templarios la vio y fue a dar señal a los criminales de que Idalia «andaba con los comunitarios».
Uno de los Templarios, el Águila, fue a buscar a la joven de 22 años:
«Me dijeron que tú le pasas información a los comunitarios»
Idalia contestó:
«La neta yo no. No he andado con ellos ni pienso andar»
El Águila dijo:
«Así no me dijeron»
Entonces Idalia dio fin a la conversación diciendo:
«No quiero problemas, ni con ustedes ni con ellos, porque tengo una niña»
A partir de ahí, el Águila comenzó a asediarla y a presionarla para que se fuera con él. Un día ,el Templario le mandó un mensaje para que fuera a Los Charcos, pero fue entonces cuando los comunitarios llegaron a Pizándro:
Idalia relató:
«Miré cuando pasaron. Vi la caravana y dije “de aquí soy”»
Se acercó al Americano, él la aceptó pero primero le pidió su celular para romper el chip. Su primer trabajo entre las autodefensas fue anotar todas las placas de los taxis que pasaban por la barricada principal.
Ahora lleva un arma corta que ya sabe utilizar. Sus labores no son andar en los enfrentamientos, sino ayudar en otras labores que urgen dentro del movimiento. Idalia no puede volver a ver a su niña (quien es cuidada por sus abuelos) ya que otra chica subió al Facebook una foto de ella con los comunitarios y etiquetó a un Templario para que la viera:
«¿A qué me arriesgo, a que me den un balazo?»
Es así como se quemaron las naves de Idalia y dejó atrás sus labores como cortadora de limón.
Dulcinea
Dulcinea, con 14 años de edad, metió ropa en su mochila y se dirigió a la escuela, tomó clases y al salir no regresó a su casa; tomó un taxi y se dirigió a la cabecera municipal, Buenavista. Ahí la esperaba su hermano, fue en ese momento en el que se unió a las autodefensas.
Dulcinea dejó atrás a su mamá, a su hermanita, el futbol (deporte que le gusta jugar) y a sus amigas, una nueva vida le esperaba.
Dulcinea es alta y delgada y casi nunca está armada o dispara. Ayuda, como Idalia, en otras cosas. Ella a veces lava ropa para sus compañeros, acompaña a su hermano en la barricada. Cuando el Ejército quiere desarmar a las autodefensas ella forma parte de la gente que acude en ayuda.
Casi nunca tira, pero sí lo ha hecho según dice. En alguna ocasión se ha encontrado en medio de balaceras contra Templarios:
«También tiré. Y me dio miedo, pero ni modo, dije, “vamos a calarnos aquí”»
Y se caló.
Por ser mujer y joven a sufrido la condena de la gente, pues anda entre puros hombres, la gente dice de ella que «nada más anda con éste o aquel»:
«No se dan cuenta de que una anda apoyando. Me da coraje, todavía que una anda arriesgando la vida por ayudarlos»
Cuando se le pregunta por su futuro ella se imagina regresando a clases, tal vez empezar la escuela abierta. Se imagina como una diseñadora de modas o una estilista.
Ahora anda enamorada de uno de los jóvenes autodefensas, quien le ha regalado un gato de peluche el cual ella lleva a los diferentes campamentos. Pero ni el hermano ni el novio le quitan cierta soledad. Cuando va a bañarse y a descansar al hotel, muchas veces se acuesta a ver la tele:
«Y entonces pienso: “Mira, estoy hasta acá, yo sola”»
Una foto con más mujeres autodefensas.