Cuando uno trata de pensar en cómo serán los vehículos del futuro, seguramente lo primero que se viene a la mente son diseños espaciales y tecnologías irreales. Sin embargo, no todo está en la apariencia y hay quienes también se preocupan por pensar en otros detalles que podrían marca diferencia en el transporte dentro de unos años más.
Tal es el caso de AirGo, un innovador diseño con el que los pasajeros de un avión en clase económica, podrán disfrutar de todas comodidades que ofrece un servicio de lujo.
Para ello se ha pensado en que cada fila tenga un espacio independiente, lo que logra con un tamaño que sólo es 16% más grande que los actuales sillones. Por otro lado, cada pasajero tiene su propia pantalla y mesa, de las que se tiene control total, incluso si la persona que se encuentra adelante reclina su asiento.
Esto se ha logrado al separar la parte de la pantalla del asiento delantero, para “colgar” dicho segmento en el techo del avión, ofreciendo así total independencia.
Los asientos cuentan con un respaldo de nylon, lo que permite ofrecer un soporte cómodo y flexible. Además, cada asiento está integrado con una base para descansar los pies y cuenta con un sistema de 3 motores que le permiten al usuario controlar su posición, lo que garantiza la máxima comodidad.
El responsable de AirGo es Alireza Yaghoubi, un estudiante de ingeniería de Malasia, quien está consciente de que su ergonómico sistema puede resultar un problema para las aerolíneas, al menos en un inicio. Y es que al requerir de más espacio, esto se traduce en costos para las empresas.
Sin embargo, el plan de Yaghoubi es que cada pantalla que se instale tenga características táctiles, algo que además de servir para que el pasajero controle su asiento, puede funcionar como una plataforma para que las aerolíneas vendan espacios para que otras compañías ofrezcan contenidos a través de aplicaciones. La idea es que se pueda adquirir juegos, música, apps y libros que después podrán tener en sus propios dispositivos al sincronizarlos.
AirGo le valió a Yaghoubi el premio nacional James Dyson de Malasia. Ya veremos si con el tiempo, alguna aerolínea se anima a aplicar un diseño de este tipo, pues muchos los vamos a agradecer.
