Ya faltan solo unos días para que llegue Navidad y para que Santa Claus desquite las vacaciones de los otros 364 días del año. Y la mera verdad no vamos a decir que no trabaja pues, todos los años, Santa se avienta un recorrido de nada más y nada menos que 25 horas. La primera parada es en el extremo oriente de Rusia y mientras que la Navidad va llegando en todo el mundo, Santa y sus elfos entregan regalos a todos los niños, porque estamos seguros que todos se portaron bien ¿verdad?
De acuerdo con la estimaciones del personal del Banco Mundial, en el 2020 se registraron mil 976 millones de niños entre 0 y 14 años en todo el mundo. Tomando en cuenta que de acuerdo con la UNICEF por cada casa hay un promedio de 2.5 niños, Santa tendría que hacer 790 millones de paradas para dejar regalos.
Y si le sumamos que el 1 de enero del 2021 la UNICEF estimó que nacerían más de 370 mil niños y niñas nomás el día de año nuevo, la carga para Santa se vuelve más pesada.
Entonces ¿cómo le hace Santa para repartir más de mil millones de regalos en todo el mundo si solo tiene 25 horas disponibles? Con la magia de la física…
La teoría de la relatividad y Santa
En 2016 la doctora Katy Sheen, investigadora del Departamento de Geografía de la Universidad de Exeter, en Reino Unido, encontró una explicación científica de por qué los niños no escuchan cuando Santa llega y por qué casi no lo ven en la víspera de Navidad.
De acuerdo con los cálculos de la física, Santa y sus renos tendrían que viajar a unos 10 millones de kilómetros por hora para poder entregar todos los regalos, pero si todos los niños del mundo se portan bien o nacen más niños, tendría que viajar mucho más rápido para que le de tiempo.
Para que le de tiempo de entregar todos los regalos, Santa podría usar los principios de la Teoría de la Relatividad que habla de agujeros de gusano que conectan partes en el tiempo y el espacio. Es más, no solo sería capaz de desplazarse en varias partes del planeta, sino también detener el tiempo en lo que aterriza en el techo, baja por la chimenea, pone los regalos en el árbol, se toma su lechita y sus galletas, y sale rumbo a otra casa.
Y si Santa usa la teoría de la relatividad para viajar ¿cómo le hace para caber en las chimeneas o en las ventanas? ¿cómo le hace para que los niños no escuchen cuando llega? Todo se debe a la velocidad con la que viaja…
Si estas parado en la calle y escuchas que se acera una ambulancia, seguramente el ruido de la sirena será mucho más fuerte cuando se acerca y más leve cuando se aleja. Esto es el efecto Doppler y explicaría que con la velocidad que lleva Santa, sería imperceptible el ruido que haga al entrar a los hogares.
Esto mismo explica por qué casi nadie ve a Santa. El efecto Doppler haría que Papá Noel cambiara de color porque las ondas de luz que lanza se aplastan, al igual que Santa. A la velocidad de viaje, Santa se aplastaría y compactaría, lo que también le permitiría entrar sin problema por las chimeneas.
Así que dejémosle el trabajo complicado a Santa y vamos haciendo la cartita, no le vayan a agarrar las prisas.