Los ojos del mundo estuvieron puestos en la Isla de Cuba esta mañana mientras se levantaba, después de 50 años, la bandera estadounidense en la nueva embajada. Este hecho histórico, se dio en el marco del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre la Isla y E.U.

Las dudas y expectativas están en el aire, como en qué grado los gringos respetarán la independencia cubana sin intentar entrar hasta el fondo con su filosofía del comercio libre.

Por esto el Secretario de Estado John Kerry además de decir que se sentía en casa y que era el momento de tirar las barreras, en una especie de discurso que calme todo tipo de miedos, expresó: “No hay nada que temer, ya que serán muchos los beneficios que gozaremos cuando permitamos a nuestros ciudadanos conocerse mejor, realizar negocios más habitualmente e intercambiar ideas.”

Sin embargo, no todo es miel sobre hojuelas como lo hacen ver los gringos, hay aún serias tensiones entre los cubanos sobre la posible conducta que tendrán sus nuevos amigos una vez que les abran la puerta de la casa.

Tan sólo ayer, el líder de la revolución cubana Fidel Castro, que celebró su cumpleaños acompañado del presidente Nicolás Maduro de Venezuela, Evo Morales de Bolivia y una serie de festivales que se mezclaron con los festejos del Día Internacional de la Juventus, publicó un discurso en el que dejó claro que el hecho de que Cuba acepte restablecer las relaciones diplomáticas no significa que regresarán a las condiciones que se tenían antes de la revolución, cuando EU tenía una gran hegemonía económica y política en la Isla.

La opinión de Castro contará mucho en esta nueva etapa, porque es él quien en algún sentido sacó a los estadounidenses de cuba a través de aquella gran revolución, cuando mantenían una intervención desde inicios del siglo XX, derivado de una guerra entre España y Cuba, que favoreció la formación de élites económicas que se enriquecieron de manera sostenida durante las dictaduras que se dieron en la primera mitad del siglo.

Los revolucionarios tuvieron como fin terminar con el régimen tiránico, pero sobre todo con la dependencia de EU, o como ellos alguna vez lo refirieron, con el saqueo de los de los EU.

Castro ayer también lanzó una fuerte advertencia de que no cambiarán el rumbo ideológico en la conducción de la Isla: “Como fue expresado con toda claridad por el Partido y el Gobierno de Cuba, no dejaremos nunca de luchar por la paz y el bienestar de todos los seres humanos, con independencia del color de la piel y el país de origen de cada habitante del planeta.” La advertencia es, no permitiremos que ni la ideología ni la economía estadounidense vuelvan a apoderarse de Cuba.

Finalmente, el personaje que se lleva las palmas en el escenario internacional es el Presidente Obama por haber generado las condiciones de diálogo entre su país y Cuba, y estar propiciando que el gobierno de la Habana transite a mayores esquemas de democracia y libertades económicas, sin embargo hay que esperar a ver, si de fondo son las buenas intenciones, como el levantamiento total de las restricciones económicas que mantienen a la Isla sumida en la pobreza.

Jesús Rivero Casas
Politólogo

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