La Casa Blanca ha estado en el ojo del huracán desde el pasado 20 de enero, cuando el presidente Donald Trump asumió su cargo. Ya sea por sus polémicas órdenes ejecutivas, sus constantes careos con los medios de comunicación, sus controvertidas llamadas a mandatarios o la vinculación de algunos de sus allegados con autoridades de Rusia, la administración de Trump no ha dejado de ser noticia ni siquiera por un día. El escándalo de Michael Flynn y la cercanía de colaboradores del magnate con el régimen de Vladimir Putin probablemente sea el caso más mediático dentro su corto mandato. Esta noticia desembocó en la salida del teniente general retirado y en el despido de James Comey, exdirector del FBI, dando paso a la Trumpnovela más grande —hasta ahora—. Las versiones periodísticas indican que la salida de Comey se debió a que no cerró la investigación Trump-Rusia, a pesar de las órdenes de Trump.
Este miércoles 7 de junio, el presidente de Estados Unidos comunicó —a través de su cuenta de Twitter— que ya decidió quién será el sucesor de James Comey al frente del servicio de inteligencia. El elegido es Christopher A. Wray —de 50 años— un graduado de Yale que se desempeñó como fiscal general adjunto durante la gestión de George W. Bush. Wray es considerado de un perfil cercano a los republicanos. El nombramiento del próximo director del FBI se da un día antes de que Comey declare en una comparecencia pública ante el Senado. El exdirector del Buró Federal de Investigaciones dará este jueves su versión sobre la destitución de la que fue objeto, además de los lazos entre el presidente Donald Trump y el Kremlin para influir en las elecciones de 2016.
I will be nominating Christopher A. Wray, a man of impeccable credentials, to be the new Director of the FBI. Details to follow.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 7 de junio de 2017
