El resultado del plebiscito realizado en Colombia fue contundente (y sorpresivo): “NO” a los acuerdos de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
El pueblo colombiano fue convocado el 2 de octubre para votar y decidir si las negociaciones del gobierno con las FARC procederían.
Los participantes en el plebiscito debían responder con un “Sí” o un “No” una sola cuestión: “¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?”.
El “Sí” fue apoyado por 49.7% de los votantes. El “No” recibió 50.2% de los sufragios, según la BBC.
Con este resultado, las negociaciones –que iniciaron en 2012 con las FARC y que culminaron con la firma de un acuerdo de paz en Cartagena el 26 de septiembre– quedan en veremos porque no hay un Plan B, según el presidente Juan Manuel Santos, en caso de que el plebiscito terminara en rechazo.
La incertidumbre vuelve a posarse sobre Colombia que tenía en este plebiscito una oportunidad de acabar con las agresiones entre guerrilleros y gobierno constantes de los años 60.
Los principales opositores a los acuerdos de paz se negaban a aceptar que los miembros de las FARC fueran amnistiados y que, de ser juzgados por un tribunal especial a cargo de la ONU, no pisaran la cárcel.
Otros sectores de la población tampoco recibieron muy bien la propuesta de que las FARC, convertidas en movimiento político legítimo, tuvieran presencia asegurada como parte del Poder Legislativo de Colombia.
A pesar de todo, muchas de las víctimas de los enfrentamientos en Colombia estaban dispuestas a perdonar las agresiones y avanzar con los acuerdos con tal de que el país se acercara a un ambiente de paz.
