Por José Acévez 

En mi inocencia e ingenuidad, hasta hace muy poco pensaba que, con el paso de los años, preguntas aparentemente escandalosas como “¿cuál es tu postura sobre el aborto y el matrimonio igualitario?” se tornarían cada día más irrelevantes. También pensaba que disminuiría la frecuencia con la que periodistas y reporteros incomodan a los políticos con cuestionamientos como éstos (aún con mayor vehemencia en el proceso electoral). Y no quiero decir que las preguntas mismas son irrelevantes en el contexto de los comicios, porque no lo son. Éstas permiten ver cómo los políticos se posicionan en temas trascendentales para las agendas progresistas. Sin embargo, uno pensaría que estos asuntos supuestamente polémicos resultarían menores al lado de problemáticas tan urgentes como las desapariciones forzadas, la trata de personas, la corrupción sistemática o la profundización de la desigualdad.  

Pero no. Para escandalizar políticos y comprometerlos públicamente, parece que nada hay más eficaz (todavía, por desgracia) que su opinión sobre qué les parece que las personas que se aman sean respaldas por el Estado. Y mis ingenuas intuiciones se desmoronan incontrolablemente para las elecciones del próximo julio. Si antes teníamos ciertas certezas partidistas que nos daban un norte sobre la posturas políticas en tales temas (que el PRD casi siempre está a favor y los impulsaron en la Ciudad de México, que el PAN suele bloquear esas reformas progresistas por sus vínculos con la jerarquía católica, que el PRI aprovecha su ambigüedad, etc.), en 2018 no tenemos idea de nada. El afán de poder de todos es tal que ha llegado a producir las alianzas ideológicas más insospechadas: PAN con PRD, Morena y los evangélicos del PES, y una postura más que insensible del PRI.

Si bien estos antagonismos ideológicos tienen su origen reconocible en el pragmatismo (casi irracional) de llegar al poder, en el caso de la defensa de la diversidad sexual se torna aún más complejo. Con los intentos de Peña Nieto en 2016 por legalizar el matrimonio igualitario a nivel constitucional, la respuesta de la población más conservadora del país fue contundente y la creación del Frente Nacional por la Familia revivió el temor de los políticos a hacer pública su postura en cuanto a la diversidad sexual. Si bien el regreso de estos conservadurismos es un tema que requiere revisiones más puntuales, profundas y estudiadas, podemos reconocer que el involucramiento de actores que se oponen a derechos como el matrimonio y la adopción de parejas del mismo sexo es cada vez mayor en las instituciones públicas y no piensan ceder. (El caso de Encuentro Social y su alianza con López Obrador es la clave más emblemática). En la presente coyuntura electoral, la sombra del Frente por la Familia se vuelve tenebrosa, ya que implica restar o sumar apoyos, dada la extensa red de votantes ligados (muchos de ellos) a estructuras religiosas. Las pasadas elecciones a gobernador del Estado de México fueron un claro ejemplo de cómo este grupo pesa y es relevante para los candidatos que quieren conseguir su apoyo.

discriminacion
Foto: radioformula.com.mx

Ante este oscuro escenario, la semana pasada se tomó una decisión muy significativa desde los diversos frentes que luchan por la diversidad sexual y se creó la Coalición Mexicana LGBTTTI+ que, como explica el periodista Genaro Lozano, “integra a diversas generaciones de activistas, organizaciones de casi todo el país, así como a militantes de cinco partidos como una respuesta a los desafíos que enfrentamos en este proceso electoral 2018”. Desde diversas agendas, la Coalición busca confrontar a los candidatos de los próximos comicios y hacer propuestas concretas para que se atiendan las necesidades de la comunidad. Si el Frente y sus simpatizantes no piensan ceder, es importante demostrar que nosotros tampoco. Y que si nuestros derechos han avanzado y se han logrado algunos pasos concretos, se trabajará puntualmente para que no haya retrocesos y se logren nuevos avances en la materia.

Me parece significativo decir que, como establecieron sus representantes en esta entrevista con López Dóriga, la Coalición ha sido responsable con la manera en que buscan establecer sus agendas. En esta reunión histórica de liderazgos, se apoyaron en una facilitadora que procuró la horizontalidad en la toma de decisiones y la mediación entre las distintas posturas, ya que los movimientos de la diversidad se caracterizan justo por eso, por ser diversos. Por eso se dio relevancia a la manera en cómo se discutieron las propuestas, para que la mayor cantidad de voces fueran incluidas. Además, no es cosa menor en la historia de la defensa de la diversidad sexual que se forme esta Coalición. El esfuerzo incluyó a agentes de casi todos los estados de la República que, a su vez, llevarán las exigencias a los diferentes procesos electorales que se vivirán en cada región (tanto a nivel estatal como municipal y tanto en el poder ejecutivo como legislativo).

Parece que la lucha por nuestros derechos está aún lejos de terminar y que, en el corto plazo, tendremos todavía la tarea de seguir incomodando a los políticos. Y es que detrás de sus respuestas y posturas ante la diversidad sexual, se deja ver su concepción de la justicia.

***

José Acévez cursa la maestría en Comunicación de la Universidad de Guadalajara. Escribe para el blog del Huffington Post México y colabora con la edición web de la revista Artes de México.

Twitter: @joseantesyois

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

Comentarios

Comenta con tu cuenta de Facebook