Si todavía tienen ganas de sacar la matraca y “matar” ese pomo que sobró de la noche mexicana, pero sienten que ya pasó la euforia de las fiestas patrias, agárrense como pretexto estas dos “victorias” de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE): en Oaxaca logró la liberación de 25 de sus simpatizantes; mientras que en Chiapas consiguieron descongelar cuentas bancarias a las que las autoridades ligaba con desvío de recursos.
En el primero de los casos, los de la CNTE tuvieron que aflojar 15 mil pesos por cabeza, esto para que sus activistas (señalados como ex miembros del Frente Popular Revolucionario) obtuvieran su libertad bajo caución tras chutarse 15 largos meses encerrados… acusados de robo y quema de material electoral durante las elecciones federales del año pasado.
Eso sí, para que los ahora sujetos en libertad no se vuelvan a andar de traviesos, el Juez Tercero de Distrito, Amado Chiñas Fuentes, les prohibió participar en reuniones que puedan “generar violencia”. Ni modo: si tenían la intención de ir al Águilas vs Pumas, tendrán que buscarse otro plan para este fin semana.
Pero la alegría del CNTE no para aquí: también pueden celebrar la liberación de César León Mendoza, vocero del Consejo de Organizaciones Oaxaqueñas Autónomas (COOA), que permaneció entambado por su presunta responsabilidad en los delitos de robo, daños y tentativa de homicidio. Para tener a César León de vuelta a las calles, se tuvo que hacer un esfuerzo mayor: se desembolsó la cantidad de 85 mil pesos.
“Producto de la reciente jornada de lucha es que se ha conseguido la libertad de varios de los presos políticos, es victoria popular, sin olvidar que faltan más compañeros por rescatar de las garras del régimen”, señaló el FPR en comunicado difundido tras la liberación de los activistas a los que aún falta añadir otras 30 personas que siguen encarceladas.
Y mientras en Oaxaca la CNTE ya pudo echarse una sonrisita, en Chiapas la cosa tampoco pintó tan mal para el magisterio disidente, pues ya podrá nuevamente disponer del dinero de dos cuentas bancarias que el gobierno había congelado bajo sospecha de desvío de recursos.
Lo anterior no fue porque se pudiera probar que la lana de esas cuentas estaba libre de tranzas, sino que su reactivación fue una de las condiciones que los de la sección 7 de la CNTE chiapaneca pusieron para el esperado regreso a clases, el cual terminó por darse durante esta semana. Y cómo no querer recuperar esa lana, si en cada una de las cuentas se depositaban los recursos del llamado Fondo de Ahorro y Beneficio Social (Fabes)… fácilmente como 800 millones de pesos en cada una de ellas.
Para tener semejante cantidad de saldo en las cuentas, cada uno de los 50 mil profesores “beneficiados” del Fondo tiene que dar una aportación quincenal de 84 pesitos. En caso de necesitar, los maestros pueden solicitar un préstamo con un interés de 1.5%.
Aunque todo luce legal y que el dinero es exclusivo para solucionar broncas económicas de profesores, las autoridades sospecharon que tanta lana realmente se utiliza para financiar la huelga magisterial que inició el pasado 15 de mayo… lo cual a final de cuentas no pudieron comprobar.
