Con El Chapo en Estados Unidos, como que ya nos habíamos olvidado de las fugas que suceden en las cárceles mexicanas. Pero llegó (más bien salió) Adalberto Soto, presunto líder del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), para recordárnoslo.
De acuerdo con Proceso, el susodicho no se peló de una cárcel propiamente, pero sí aplicó el viejo truco cinematográfico de “me hago el enfermo, me mandan al hospital y ahí me les escapo”. En efecto, se logró escapar mientras recibía atención médica en el Hospital General de San Juan Bautista Tuxtepec, siendo que era inquilino del reclusorio regional del mismo municipio de Oaxaca (o sea, Tuxtepec).
Raúl Salcedo Rosales, Secretario de Seguridad Publica en Oax. afirmo que se aplican los protocolos en tuxtepec y el estado luego de la fuga de un interno del penal en ese ayuntamiento, están bajo investigación los elementos que lo custodiaban. pic.twitter.com/RcVXvbab7a
— José Luis Ceballos (@geminianojl68) 1 de julio de 2019
La fuga del presunto líder del CJNG ocurrió la madrugada de este lunes. Se indica que emprendió la graciosa huida por ahí de la 1:30 de la madrugada, logrando evadir el ojo vigilante de policías estatales… quienes ya se encuentran a disposición de la Fiscalía General de la República, para iniciar con las investigaciones correspondiente (y porque, la mera verdad, como que sí se los bailó sabroso el tal Adalberto Soto).
Luego de registrarse la fuga del miembro del CJNG, el gobierno de Oaxaca emitió la alerta correspondiente. Según la ficha, el ahora prófugo ingresó al reclusorio regional de San Juan Bautista Tuxtepec el pasado 26 de febrero, bajo los cargos de posesión de cargadores y portación de granada de fragmentación… eso y que se presume que es líder del CJNG en la región de Tuxtepec.
BUSCAN A LÍDER DE PLAZA QUE SE FUGÓ DE HOSPITAL EN TUXTEPEC https://t.co/6q6TN6hEeM pic.twitter.com/WGWKDg55t8
— Elemental Oaxaca (@elemental_oaxac) 1 de julio de 2019
Las autoridades piden que no se dejen llevar por su aspecto soñador: si es que lo ven por ahí dando el rol, echándose unos de maciza con cuerito o jetón en el micro, no intenten detenerlo. Lo más prudente es llamar inmediatamente a Emergencias 911 (sí, por más calabaza que suene) o al 089. En esos números nomás será cuestión de echar le pitazo (de forma anónima, si así lo quieren) para que las autoridades realicen la reaprehensión.
Una seña particular del presunto líder del CJNG son los tatuajes que posee en ambos brazos. Las autoridades no especifican si trae una virgencita o el clásico de clásicos del “payasito llorón”. Como sea, no anden revisando a cuánto gordito con barba se cruce en su camino.