¿Alguna vez se han preguntado cómo y dónde fue la primera proyección de cine en México? En general, hemos escuchado anécdotas sobre cómo reaccionó la gente al ver las primeras películas de los hermanos Lumière en Francia pero, ¿qué hay de nuestro país?
Si les contáramos que en la primera edad del cine en México, Porfirio Díaz fue una pieza relevante o que un par de extranjeros —enviados por los hermanos Lumière— recorrieron nuestro país en una aventura para filmar los primeros paisajes que verían las generaciones mexas de finales de 1800, ¿qué dirían?
Por acá los invitamos a leer este texto para conocer la bella historia de cómo y dónde fue la primera proyección de cine en México.
Cómo y dónde fue la primera proyección de cine en México
Chilango que se respeta sabe de memoria qué podemos encontrar en la calle de Madero, en el Centro Histórico de CDMX.
Desde heladerías, antros, taquerías, joyerías y restaurantes hasta una tienda de discos que ha sobrevivido a las plataformas de música en streaming.
Peeeeeero, si nos vamos 127 años atrás, obvio esa calle era el centro de otros establecimientos, como una droguería —farmacia— cuyo sótano sirvió para proyectar las primeras “películas” o vistas filmadas por los hermanos Lumière.
La carrera por el cine: Edison y los hermanos Lumière
Antes de arrancar con la historia de la primera proyección de cine en México, revisemos un poco qué onda con los hermanos Auguste y Louis Lumière y Thomas Alva Edison.
Tres genios que se dedicaron a desarrollar una técnica que fuera capaz de captar imágenes, proyectarlas y reproducirlas —hacer que cobraran vida ante un espectador.
Y que gracias a sus esfuerzos, hoy por hoy podemos disfrutar de una buena movie desde una sala de cine… hasta la de nuestra casa.
En el caso de Thomas Alva Edison, la curiosidad del inventor de Milan, Ohio, (Estados Unidos) lo llevó a desarrollar —junto con William K.L. Dickson— 2 sistemas capaces de grabar imágenes.
El kinetógrafo —considerado como el precursor de la cámara de cine— y el quinetoscopio (kinetoscopio).
La bronca es que con el primero sólo podías grabar imágenes, pero no reproducirlas y en cuanto al quinetoscopio, este invento sí logró proyectarlas y reproducirlas sólo que… para verlas tenías que echarle un ojo —así literal— a una caja.
Mientras, del otro lado del charco en un laboratorio de fotografía de Monplaisir en Lyon, Francia; los hermanos Lumière comenzaron a experimentar con técnicas para reproducir imágenes en movimiento, tal cual lo que hizo Edison con el quinetoscopio.
Aunque, los Lumière lograron eso y más: proyectar en una sala esas imágenes con el cinematógrafo. El resto fue historia.
(El 28 de diciembre de 1895, en el salón Indio del Gran Café de París, proyectaron su primera película, Salida de la fábrica Lumière y el cinematógrafo comenzó a darle la vuelta al mundo).
La llegada de Gabriel Veyre y Claude Ferdinand Bon Bernard a México
Meses después de la primera proyección de los Lumière en Francia, el cine llegó a México.
(De acuerdo con Manuel González Casanova, el cinematógrafo llegó a América Latina en 1896, tocando base en Argentina, Brasil, Uruguay y después, México).
Los encargados de difundir el arte de esta especie de caja mágica (el cinematógrafo) en nuestro país fueron los enviados de los hermanos Lumière Gabriel Veyre, operador, cineasta y fotógrafo, y el empresario Claude Ferdinand Bon Bernard.
Veyre y Bon Bernard llegaron de Lyon —con sus respectivas escalas— a Ciudad de México para mostrar las maravillas de este nuevo invento a nada más y nada menos que al dictador Porfirio Díaz.
La primera proyección de cine
El investigador de la UNAM y del Colmex Aurelio de los Reyes cuenta —en su texto ‘Gabriel Veyre y Fernand Bon Bernard, representantes de los hermanos Lumière en México’— que es probable que este par contactó con el secretario de Guerra de Porfirio Díaz, Felipe Berriozabal.
Él supuestamente fue quien les alquiló el sitio donde proyectarían sus vistas —en un sótano de una droguería ubicada en la calle Plateros, lo que hoy es Madero en CDMX.
Pero antes de que el cinematógrafo fuera presentado ante la entonces sociedad capitalina, el primerísimo en ver las vistas —o esta especie de cortitos o escenas en movimiento grabadas por los Lumière y más tarde el mismo Gabriel Veyre— fue Porfirio Díaz.
Fue un 6 de agosto de 1896 cuando en una gala organizada en el Alcázar del Castillo de Chapultepec, Porfirio Díaz, su familia y su gabinete presenciaron la primera proyección de cine en México.
Obvio, montada por los enviados de los hermanos Lumière y como podrán imaginar, el resultado fue todo un éxito.
Aurelio de los Reyes relata que esta exhibición incluso siguió hasta la madrugada —aunque a ciencia cierta, no se conoce el catálogo de esta proyección.
Plateros 9
Después de la exhibición en el Castillo de Chapultepec, Gabriel Veyre y Bon Bernard armaron otra proyección, ahora para la prensa y grupos de científicos interesados en este nuevo invento.
Esta segunda proyección fue programada para el 14 de agosto de 1896 en una droguería ubicada en la Segunda de Plateros número 9 —en el local de la Bolsa de México y a espaldas de la joyería La Esmeralda.
Sin embargo, Aurelio de los Reyes cuenta que a Veyre y Bon Bernard les dio frío y terminaron por invitar a más de mil personas a esta exhibición.
Las vistas se proyectaron y los enviados de los Lumière obtuvieron otro éxito, programando más funciones en los días siguientes a la primera proyección —y podemos decir semanas, meses y años.
Lo que siguió
La aventura de Gabriel Veyre y Claude Ferdinand Bon Bernard con el cinematógrafo en México no terminó con esta serie de exhibiciones.
Cada uno de los enviados se lanzó a distintos puntos de México para promocionar esta caja mágica. Filmaron paisajes y obtuvieron vistas como:
El Canal de la Viga, Llegada de la Campana histórica el 16 de septiembre y hasta tuvieron a Porfirio Díaz como uno de los primeros “actores” del cine mexicano en El presidente de la República paseando a caballo en el bosque de Chapultepec o El presidente de la República despidiéndose de sus ministros para tomar un carruaje.
Poco más de 8 vistas protagonizadas por el general Díaz —y hasta la recreación de un duelo a pistola entre dos diputados en Un duelo a pistola en el Castillo de Chapultepec.
Poco a poco el cinematógrafo se fue popularizando en México —dicen por ahí que en parte fue a las buenas relaciones que Díaz tenía con Francia y porque, al final, Edison no logró entrar con todo con sus inventos a nuestro país.
Sea como fuese, después de agosto de 1896 los periódicos de Ciudad de México cedían su espacio para los anuncios de las exhibiciones en Plateros y otros sitios para que la gente viera películas como La llegada del Tren, también de los hermanos Lumière.
¿Qué tal? ¿A ustedes les hubiera gustado atestiguar la primera proyección de cine en México?
Para darnos una idea de las vistas de aquella época, por acá les dejamos el enlace a las vistas que grabó Gabriel Veyre y que forman parte del acervo de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos —están muy chulas, la verdad, y toda la serie se titula Scenes from Mexico and the 1900 Paris Exposition.