Tomarse una que otra copa los fines de semana o de vez en cuando ponerte una borrachera de espanto, puede ser considerado dentro del rango de lo normal. Sin embargo, cuando ya sientes una necesidad de consumir alcohol o todos los días tomas o comienzas a descuidar tu vida por esta sustancia, podríamos estar hablando de alcoholismo, que es una enfermedad que afecta a gran parte de la población mundial.

Cinetifícos de Texas A&M Heath Sciencie Center College of Medicine, creen haber descubierto las neuronas encargadas de que quieras seguir consumiendo alcohol, aunque ya te sientas fatal. Ellos aseguran que el alcohol cambia la estructura física de algunas neuronas, creando más sensibilidad a esta sustancia, por lo que piden más y más, es por esto que seguimos tomando a pesar que ya no podamos ni hablar.

Lograron distinguir dos tipos de dopamina en los receptores de las neuronas: D1 y D2. Ambas juegan un papel importante en nuestro comportamiento y nuestras motivaciones:  D1 es el receptor “ve”, mientras que el D2 es el “detente”. Las D1 se “excitan” después de un largo periodo de tomar alcohol, causando que el cerebro pida más para mantener este nivel de excitamiento en las células. La dopamina es una sustancia que se encuentra asociada con las adicciones, por eso no es raro que surja en este componente de nuestro cerebro.

Después de tomar alcohol encontramos que las neuronas hacen crecer más sus ramas y espinas [con las cuales se comunican con otras neuronas]. Esto quiere decir que tomar en grandes cantidades incrementa tu tolerancia a ese líquido, pero también tu deseo por más. Afirmó el Dr. Wang, encargado de la investigación.

A partir de esto desarrollaron una especie de medicina que baja la ansiedad en los receptores de las neuronas, disminuyendo así la necesidad por alcohol. Observaron que después de inyectarse esta medicina, el consumo de alcohol disminuyo, lo que significa que en el futuro podrán tratar directamente a las neuronas D1 y suprimir al consumo de alcohol.

El proyecto aún está en proceso, pero no es una cura mágica para el alcoholismo, si no un gran paso para descubrir los medios correctos para eliminar la enfermedad.

Pueden leer el estudio en el Journal of Neuroscience, donde fue publicado.

***Vía: Mentalfloss

 

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