Hace cinco años, la ONU decidió nombrar el 26 de abril como el Día Internacional de la Recordación del Desastre de Chernóbil (Chernobyl) para reconocer que a 30 años de la explosión e incendio en un reactor de la central nuclear Vladimir Ilich Lenin, el impacto de las consecuencias persiste y quedan demandas de las personas afectadas por atender.
De acuerdo con datos oficiales, sólo se atribuyó la muerte inmediata de 31 personas al desastre nuclear y se admitió que 600 mil liquidadores —encargados de limpiar esta zona— estuvieron expuestos a un alto nivel de radiación.
Sin embargo, aunque la ONU ha estimado que alrededor de 50 muertes están relacionadas de manera directa con este accidente —uno de los más devastadores y con consecuencias tangibles no sólo en lo que entonces era el territorio de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), sino en toda Europa—, lo cierto es que las instancias internacionales y los gobiernos de Rusia, Ucrania y Bielorrusia no han podido dar registros exactos sobre el número de personas afectadas.
Ya sea de manera directa o indirecta, pues con el paso de los años las poblaciones cercanas a la central nuclear así como los liquidadores comenzaron a resentir las cantidades de radiación recibidas tras la explosión —que destruyó el edificio del reactor 4 y que liberó una nube de radiación sobre las zonas que hoy son parte de Bielorrusia, Ucrania y Rusia.
A 35 años del desastre nuclear en Chernobyl
A 35 años del desastre en la central nuclear de Chernobyl, hay gente que ha regresado a esta zona —a la ciudad “fantasma” de Prípiat, donde alrededor de 50 mil personas fueron evacuadas por los altos niveles de radiación— como turistas, investigadores o como parte del proyecto para recubrir parte del reactor 4 y aislar su contenido.
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También recordamos que “el tiempo” se detuvo en Chernobyl —o más bien, las actividades humanas—, como una experiencia que los gobiernos deben aprender sobre los riesgos de la gestión de una emergencia basada en la política y los riesgos del uso de la energía nuclear para nuestra cotidianidad.
Aquí dejamos un par de fotos sobre cómo se ve Chernobyl en 2021: