El senador José María Martínez Martínez renunció ayer, 20 de febrero, al Partido Acción Nacional (PAN) después de 27 años de militancia. El legislador argumentó que su salida se debía a las diferencias que tiene con la forma de hacer política de la actual dirigencia de la organización y a que considera que “los principios, la doctrina y la ley” están por encima de cualquier coyuntura electoral. Hace unos días, “Chema” Martínez calificó la postulación de Miguel Ángel Mancera Espinosa en la lista de Acción Nacional al Senado de la República como “inadmisible”. A través de Twitter, el senador por Jalisco indicó que se retiraba del partido blanquiazul pero no de la polaca.
Su futuro, al parecer, estaría en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) de Andrés Manuel López Obrador. En entrevista con el periódico Milenio, Martínez Martínez aseguró que ha tenido acercamientos con dicho partido, aunque todavía no ha definido su decisión. Don “Chema” ha sido definido como un político ultraconservador e incluso en su perfil de Twitter se halla la frase “sí a la vida”.
Me retiro del PAN, pero no de la política. Seguiré construyendo una Patria más digna y justa para todos.
— Chema Martínez (@chemamtzmtz) 21 de febrero de 2018
De acuerdo con un perfil publicado en el portal SinEmbargo en junio de 2014, este legislador es conocido por sus posturas en contra del matrimonio igualitario y la adopción homoparental. Cuando fue congresista local trató de delimitar el concepto de familia. Ya como senador, logró que se aprobara la Comisión de la Familia y el Desarrollo Humano, la cual busca “revertir la tendencia que se quiere imponer a la mayoría de los mexicanos para adoptar un modelo de familia basado en modas y tendencias”. En pocas palabras, ir contra el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, et al.
¿Cómo lo ven? Ese sería el nuevo refuerzo de Morena, el partido que supuestamente defiende las libertades y los derechos humanos. A estas alturas del partido, la integración de estos personajes ya ni sorprende. Lo bueno es que en poco tiempo ya vamos a tener la Constitución Moral™, la República amorosa y el código del bien (o no).