Chelsea Manning, ex-soldado y analista de inteligencia del ejército de Estados Unidos condenada a prisión en 2013 por filtrar información clasificada a Wikileaks, anunció que ha iniciado una huelga de hambre para protestar en contra de lo que califica como “hostigamiento administrativo constante y muy efusivo por parte de oficiales militares y de la cárcel”.
Manning señaló en un comunicado compartido por la revista Time que necesita ayuda y no se la están brindando, aunque la ha solicitado “una y otra vez” a lo largo de seis años y a través de cinco distintas locaciones de confinamiento.
La otrora integrante del ejército estadounidense ha afirmado que su petición de ayuda ha sido ignorada, retrasada y ridiculizada por parte de los militares, las autoridades de la prisión y la administración de Estados Unidos.
El pasado 5 de julio, Manning trató de suicidarse —de acuerdo con sus abogados— y después le fueron imputados varios cargos de faltas administrativas que, según su equipo de defensa legal, podría resultar en una transferencia indefinida al confinamiento solitario.
En aquella ocasión su equipo legal declaró que el Gobierno de Estados Unidos estaba cometiendo una seria violación a la confidencialidad de Manning al hacer público su intento de suicidio. La ex-soldado que fue detenida en Bagdad, Irak, en 2010 cumple una sentencia de 35 años de prisión.
Su huelga —que empezó este viernes en la mañana— consistirá en no consumir voluntariamente comida ni bebida alguna —excepto agua— y su medicación, además de que no se cortará el cabello. Hasta ahora el Departamento de Justicia ni el Departamento de Defensa se han posicionado al respecto.
A Manning —expulsada con “deshonor” del Ejército— se le adjudicaron 20 delitos, entre los que se encuentra violar la Ley de Espionaje por filtrar datos sobre la guerra en Irak y Afganistán, además de miles de cables diplomáticos publicados por WikiLeaks. Aunque fue absuelta de la acusación más grave: ayudar al enemigo.
