En el draft de 1993 de la NBA, los Sixers de Philadelphia eligieron a uno de los jóvenes que prometían más de todos. Allen Iverson incursionó en el profesionalismo y desde el principio demostró que sería de los mejores de toda la liga.

Ha sido uno de los mejores jugadores que el deporte ráfaga ha visto. Se convirtió en símbolo de los Sixers, al grado de que retiraron su camiseta para hacerle uno de los mejores homenajes. Jugó diez años en Philadelphia para luego cambiar de aires a Denver, luego pasar a Detroit, luego a Memphis y en esa misma temporada volvió a su origen.

Sin embargo, su nivel -al igual que su dinero- iban en descenso por lo que aceptó una oferta para irse a jugar al Besiktas de Turquía pero una lesión lo hizo regresar a Estados Unidos. “The Answer” (como se le conocía) intentó por todos los medios volver a la NBA pero recibía ofertas para incursionar, en primera instancia, a la liga de desarrollo de la NBA para luego dar el salto. Sin embargo, Iverson no quería.

Hasta le ofrecieron jugar en Venezuela pero él se rehusaba salir de su país.

Entonces, su vida comenzó a tener ese giro que nadie quiere. Problemas legales, financieros, matrimoniales y más llegaron a la vida de un jugador que tuvo todo para ser una leyenda. Pero le pasó lo que a muchos, el dinero, la fama y demás se le subieron a la cabeza.

Para que sepan más acerca de Iverson, acá les dejamos el trailer de un documental sobre su vida, correspondiente al Festival Tribeca 2014:

(Video vía usuario Steve Perry, YouTube)

Es una lástima que un jugador de ese tamaño haya terminado su carrera de la peor forma: buscando una oportunidad por el dinero que sea.

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