Quién sabe cuánto tiempo lleva sin chambear el héroe de esta historia, pero el caso es que su mamá le dio chance durante la emergencia sanitaria y, cuando las cosas comenzaron a reactivarse y vio que su “nene” como que no tenía ganas de emprender el vuelo… ¡pelas!, que nos lo corre por “nini”.
Lo anterior pudo haber sido el inicio de la vida independiente del buen Christian Uriel, el “chavo” de 30 años, oriundo de Iztapalapa, al que su mamá corrió de casa porque ya la tenía “hasta acá” de nomás estar en casa jugando videojuegos. Pero no, según indican varios medios, el susodicho acudió a la Fiscalía General de Justicia de la CDMX y levantó la denuncia correspondiente.
De acuerdo con El Universal, el semejante “joven” está denunciando a su madre por agresión y hostigamiento. Según el diario, el chavorruco locochón se sintió ofendido al ser calificado por su progenitora como “nini” y, sobre todo, porque lo corrió de casa.
Su madre le pidió trabajar cuando la CDMX comenzó a reactivarse…
Ya que no hay muchas denuncias en la CDMX (seguramente), las autoridades atendieron al morro y fueron a recoger la versión de la mujer, la cual no tuvo empacho en reafirmar la denuncia de su hijo: seeee, le dijo que era un “nini”, porque ni estudia ni trabaja, y como que no veía que la cosa fuera a cambiar.
La mujer señaló que su hijo se pasó la cuarentena en un sillón jugando videojuegos. Y bueeeeno, como durante la emergencia sanitaria no había mucho que hacer, le dio viada… pero cuando la CDMX comenzó a reactivarse, ahí sí, la doña le pidió al denunciante que ya buscara trabajo… evidentemente, el buen Christian Uriel se negó a modificar su calidad de “nini”.
Y así es como llegamos al punto de la denuncia, la cual consta en la carpeta de investigación y también involucra a la tía del Forever Young, quien habría ayudado a la madre de éste a correrlo del domicilio. Una escena de antología, según consta en la denuncia: con agua fría y escobazos de por medio.
De acuerdo con todos los medios que ya difundieron esta nota (la cual muchos toman a cábula), el joven treinteañero no busca otra cosa más que la ayuda de las autoridades de la CDMX para regresar a su hogar.