El pasado 9 de mayo, el líder estatal del PRI en Morelos, Alberto Martínez González, fue cesado por petición del entonces candidato a la gubernatura por el PRI, Jorge Meade Ocaranza.
La cosa es que fue captado conduciendo su auto en estado de ebriedad para luego chocar contra las protecciones de un negocio automotriz. Tras su destitución, tomó protesta Antonio Lugo Morales, el actual líder del PRI en el estado.
Ebrio, el presidente estatal del PRI en #Morelos, Alberto Martínez González chocó su vehículo y agredió a los uniformados que lo detuvieron | @Quadratin_Mor pic.twitter.com/udtITkG31i
— Quadratín Oaxaca (@Quadratinoaxaca) 9 de mayo de 2018
Pero, este jueves Alberto Martinez llegó a las oficinas del PRI y tomó su lugar. Sí, así como si nada.
De forma pacífica ‘retomó’ su lugar
De acuerdo con Proceso, durante esta semana Martínez González afirmó que su destitución fue ilegal y aseguró que en realidad nunca fue despedido, que andaba de parranda que estaba en “comisión”, pero como ya había cumplido con los encargos institucionales, pues ya había regresado a “retomar” los trabajos del partido.
Y ¿de cuáles “encargos” habla?
Aseguró que el exdirigente nacional del PRI, René Juárez, le había encargado “de palabra” cumplir con algunos compromisos del partido, quién sabe cuales porque no los especificó. Agregó que el acuerdo había sido que al término de los mismos, regresaría “pacíficamente” a retomar sus funciones.
El día de hoy reanudamos oficialmente las actividades de Presidente del PRI Morelos, vamos a continuar con los trabajos de unidad y fortalecimiento de nuestro partido, gracias a todos los amigos y militantes que me han estado manifestando su respaldo, estamos a sus órdenes.
— Alberto Martínez González. (@AMGPRIMorelos) 25 de julio de 2018
De acuerdo con algunos testigos, el diputado llegó con personal de seguridad privada a retomar la sede, se metió a la que era su oficina, sacó las cosas de su reemplazo, Lugo Morales, y continuó con los “trabajos cotidianos”.
¡Qué amable y fino funcionario!