Esta nota está dedicada a aquellos que amanecieron en estado zombi.
Adam Voorhes y el periodista Alex Hannaford investigaron la historia clínica de 700 cerebros dañados, deformados o raros que encontraron en frascos de formol en el hospital psiquiátrico de la Universidad de Texas, los cerebros fueron extraídos de enfermos mentales y se remontan a la década de 1950.
Cada uno de los casos está documentado en el libro “Deformados: cerebros olvidados del Hospital Mental de Texas“. Mientras que Voorhes, se interesó por la textura y rareza de los cerebros y comenzó a fotografiarlos en alta resolución. Hannaford, investigó su procedencia; cada uno de los frascos tiene una etiqueta de identificación, el diagnóstico y la fecha de la muerte.
Recientemente, se supo de la desaparición de 100 de estos cerebros, entre ellos, el que supuestamente perteneció a Charles Whitman, un estudiante de ingeniería que mató a 16 personas e hirió a otras 32 en un tiroteo en el campus de la Universidad de Texas en los 60. El miércoles por la tarde, la Universidad de Texas emitió un comunicado en el que indica que esos cerebros habían sido eliminados por la salud ambiental de la universidad, bajo protocolos de desechos biológicos.
La disposición “se hizo en coordinación con miembros de la facultad que determinaron que las muestras estaban en mal estado cuando la universidad los recibió en la década de 1980 y no eran adecuados para la investigación o la enseñanza”, dijeron en el comunicado.
