Una buena y una mala. La “buena”: la CEPAL rechaza la idea que ha servido para picarle al gobierno de AMLO. Según, no hay recesión. La mala: pese a que la bandera de la 4T es igualar las cosas, seguimos siendo en las mismas y hasta peor. Somos de las sociedades más desiguales de América Latina.
De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), México no está en recesión, ya que se continúa con la perspectiva de crecimiento de 0.2%… que, la verdad, no es la gran cosa, pero que hace que nuestro país se aleje (no tanto) del decrecimiento de la actividad económica que tanto se he mencionado en los últimos días.
“Nosotros no creemos que México esté en recesión, ya dijimos, nuestra proyección es de 0.2 por ciento, con este entorno incierto relacionado con la inversión, y que esperamos en el 2020 haya una recuperación importante del crecimiento porque habrá mayores inversiones en infraestructura y aumento en el consumo, sobre todo de los hogares más pobres”, señaló Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la CEPAL.
Además, Bárcena dijo que se confía en que la economía mexicana tenga un repunte en 2020 con base en el proyecto de impulso a la infraestructura que AMLO dio a conocer hace unos días en compañía de empresario.
Peeeeero… somos de las sociedades más desiguales
Si el lema del gobierno de AMLO es “Primero los pobres”… va a tener que ponerse las pilas, porque somos el segundo país de América Latina con mayor proporción de pobres. Apenitas atrás de Honduras, según datos de la CEPAL.
“México es una de las sociedades más desiguales”, acusó Bárcena, al indicar que, pese a esta situación, apenas si se asigna menos del 8.7% del producto interno bruto (PIB) al gasto social. Un porcentaje que es poco, en comparación con lo que ocurre en el resto de la región.
Aunque Bárcena dijo estar de acuerdo con lo que AMLO ha hecho para atender este tema, criticó que no se otorgan los suficientes recursos.
El caso de AMLO en México no es el único de la región. Según la funcionaria de la CEPAL, América Latina ha subestimado la desigualdad. Es decir, como se apunta en La Jornada, aunque se han promovido políticas para sacar a la gente de la pobreza, se les ha excluido de la educación, la inserción laboral y la protección social.
