Athos era un perro Border Collie con certificaciones internaciones para el rescate de personas. Tango era un perrito Yorkshire entrenado como apoyo psicológico. Balam es hijo de Athos. Athos y Tango eran parte del equipo de la Cruz Roja de Querétaro, estado en la que vivían junto con su cuidador y entrenador Édgar.
A mediados de junio del año pasado, en 2021, estos perritos fueron envenenados. Athos y Tango no lograron sobrevivir, Balam fue hospitalizado y pudo salvarse.
Todo este caso fue denunciado ante la Fiscalía estatal y se logró un resultado histórico para México: la primera sentencia en contra de una persona por asesinar de manera cruel a un animal.
Seguramente muchos nos enteramos de este caso y celebramos la sentencia en contra del sujeto responsable identificado como Benjamin “N”. Pero ¿qué hay detrás de esto? ¿cuánta chamba hubo detrás para obtener esta sentencia? ¿qué camino se siguió?
Para conocer toda la talacha que hubo detrás del caso en Sopitas.com platicamos con Mónica Huerta Muñoz, abogada penalista que llevó el caso de Athos y Tango a la justicia.
Athos y Tango: El camino a la justicia
Primero es importante mencionar que Édgar vivía junto con sus perritos en una privada en Querétaro. Los perritos tenían una rutina y un entrenamiento específico, sabían que no debían comer nada que estuviera tirado en la calle. Lo único fuera de su dieta regular eran las salchichas, que se usaban para entrenarlos.
La abogada Muñoz, que vivía cerca de ellos, los recuerda como impresionantes, obedientes, disciplinados.
“Para los que vivíamos cerca de Édgar era una maravilla verlos en la calle, el dominio que tiene sobre sus perros, es impresionante, la luz y al vibra que irradiaban esos perritos. No se si es porque se dedican a rescatar vidas humanas pero era impresionante. Cada que entraban a la tienda, entraban a la panadería, pues era un espectáculo ver como los perritos lo esperaban afuera hasta que él salía, de esa forma todo mundo los admirábamos. Era un deleite verlos”.
El asesino, identificado como Benjamin “N”, es un hombre que también vivía cerca de ellos y que ya anteriormente había hablado de matarlos por razones que no están bien claras.
El 13 de junio los perritos comienzan con síntomas propios de un envenenamiento y Édgar actúa de inmediato para intentar salvarlos. Desafortunadamente los tóxicos usados provocaron que sus órganos dejaran de funcionar y un consecuente choque hipovolémico que los llevó a la muerte.
Solo Balam pudo salvarse.
Incluso la abogada refiere que Édgar tuvo afectaciones físicas, además de las emocionales, ya que intentó darle RCP a Athos y al tener contacto con el hocico del animal el veneno le hizo mal. Estuvo algunos días con malestares.
El shock para él fue durísimo. Afortunadamente la abogada Mónica Huerta, junto con un médico veterinario zootecnista, se acercaron a Édgar de inmediato para ofrecerle ayuda y se inició el proceso para presentar una denuncia ante la Fiscalía.
“Esto es muy importante y lo digo porque tengo algunos otros casos similares desafortunadamente. Cuando algo así pasa y los perritos son envenenados o asesinados de alguna otra forma, generalmente lo primero que los dueños hacen es enterrarlos y esto contamina las pruebas. Si algo así pasa lo más importante es preservar el cuerpo del animalito hasta que un veterinario o un toxicólogo determinen la causa de muerte. Se necesita una necropsia“.
Y justamente eso fue lo que se hizo en este caso. El médico veterinario dio la atención de primeros auxilios a los perritos y tras determinar que habían muerto, acercó a Édgar y a la abogada con patólogos certificados para que hicieran la necropsia.
Además se encargó de las cadenas de custodia de los indicios que se encontraron en el lugar para que fueran correctamente recolectados y fueran aceptados como pruebas en la investigación.
La necropsia y los estudios toxicológicos/químicos que se hicieron a los cuerpos determinaron que los perritos fueron envenenados con un elemento tóxico y químico, una combinación de venenos que les provocó hemorragias internas y una muerte cruel.
Ya con los resultados de la necropsia y una denuncia escrita a partir de la declaración de Édgar, tres días después, el 16 de junio de 2021, se presentó una denuncia ante la Fiscalía de Querétaro.
A partir de ello se inician las investigaciones y la presentación de pruebas. Aquí la abogada Mónica Muñoz hace una precisión: a pesar de que en el estado de Querétaro la Fiscalía cuenta con profesionales e instalaciones para los peritajes en investigaciones, cuando se trata de delitos contra animales no hay mucha tela de dónde cortar.
Todos los peritajes tuvieron que ser buscados y obtenidos de manera independiente con profesionales certificados ante el Poder Judicial federal para que los resultados pudieran ser admitidos como pruebas en el juicio. Por ejemplo, se acercaron a una perito que les ayudó a determinar el costo de los perritos.
Es importante mencionar que la ley reconoce a las mascotas como bienes muebles, por lo que tenían que determinar el costo de Athos y de Tango. La perito tomó en cuenta todo lo que se invirtió en los animales a lo largo de su vida: atención veterinaria, horas hombre de entrenamiento, alimento, las certificaciones internacionales que tenían, cuidados, lo que eran capaces de hacer, etc.
Afortunadamente en la privada había cámaras de videovigilancia que captaron al sujeto colocando salchichas en la zona, videos que también fueron recolectados por un perito para evitar la contaminación de las pruebas.
La investigación tardó un periodo de 8 meses por la complejidad y la innovación de investigar un delito contra animales. Se habla incluso de que contaron con el testimonio de personas que viajaron dede Guatemala y la ciudad de México para dar fe de las capacidades de los perros, para demostrar que sus certificaciones eran reales.
Todas las pruebas presentadas por la defensa de Édgar y por la Fiscalía fueron aceptadas para el juicio y llegaron con más o menos 34 testigos y cerca de 50 pruebas documentales, además de las pruebas materiales (órganos de los perritos y jugos gástricos que tenían fragmentos de salchichas).
La defensa del acusado no presentó pruebas, se enfocó en intentar descalificar la capacidad de los peritos en los peritajes. Esto porque pues nunca antes se había hecho algo así, a ese nivel.
No hubo duda para la jueza, la decisión fue contundente y se hizo historia.
La histórica sentencia
Como lo reportaron varios medios de comunicación, la jueza encontró culpable a Benjamin “N” del asesinato de Athos y Tango, así como de las lesiones de Balam. La abogada del caso nos explica que la sentencia se dividió en tres principales puntos:
- Una pena privativa de libertad (prisión) por un periodo de 10 años y 6 meses
- Una multa por la infracción equivalente a mil 050 Unidades de Medida y Actualización (UMA’s), que son más de 100 mil pesos. Este dinero va para el Estado.
- Una reparación del daño que está por encima de 2 millones 400 mil pesos
En el asunto de la reparación del daño hay que hacer un paréntesis para hacerle zoom a la sentencia. La jueza ordenó una reparación integral del daño que contempla daño moral, gastos veterinarios, atención psicológica para la víctima indirecta (Édgar), el costo de los perritos a partir del peritaje pero también el daño irreparable para las víctimas y para la sociedad a nivel local, nacional e internacional.
Es decir, la jueza tomó en cuenta que al morir Athos y Tango había un daño irreparable a la sociedad por lo que los perritos en su momento hicieron y lo que eran capaces de hacer: salvar vidas. Un aplauso de pie.
La reparación del daño por Athos está por arriba de 2 millones de pesos y la de Tango por encima de 200 mil pesos. En este juicio no se consideró la reparación del daño por las lesiones de Balam, la jueza lo dejó para otra instancia.
Lograron acreditar que el responsable de este horrible crimen ya había amenazado a los perros porque le molestaba su presencia, que premeditó la manera en que los iba a matar a partir del análisis de su rutina, que colocó las salchichas envenenadas en lugares estratégicos para asegurar que ellos se las iban a comer y que mezcló venenos para asegurar la muerte de una manera cruel.
Este es un precedente importantísimo para el maltrato y los delitos contra los animales en México. Hay que saber que sí hay algo que hacer en estos casos, que las instituciones de justicia deben crear y fortalecer los protocolos de actuación para estos casos, que el maltrato contra los animales no debe ser tolerado bajo ninguna circunstancia y que los animales son seres sintientes.