Cuando alguien tiene harto dominio de un tema se nota inmediatamente: desde el vocabulario hasta en sus argumentos… no es el caso de este clérigo duranguense.
El arzobispo de Durango, Héctor González Martínez, ha mostrado su negativa a la reciente intención del PRD estatal de proponer la legalización de las bodas entre personas del mismo sexo. El clérigo considera que “no es un derecho casarse a lo gay”.
Por lo anterior, el arzobispo ha declarado que si lo que quieren los homosexuales es casarse, mejor vayan “con su desorden a otro lado”, ya que considera que el querer contraer matrimonio con alguien del mismo sexo es una anomalía de la cual “se debe entrar en razón”
“Que se vayan a casar allá a la Tierra de Fuego (…) allá en Sudamérica, por allá lejos”
Los argumentos del prelado para evitar que 20 parejas gay obtengan la aprobación legal de su unión son contundentes e irrefutables (dentro de su lógica): “De por sí estamos batallando para conservar las costumbres cristianas, las buenas tradiciones, la cultura cristiana, ahora con un fenómeno de estos se descristianiza todo, se descristianiza más”.
Hace unos días el poder Ejecutivo de Durango promulgó una reforma constitucional en la que se sostiene que “el estado de Durango reconoce a la familia como la base fundamental de la sociedad. El hombre y la mujer tiene el derecho a contraer matrimonio con plena igualdad de derecho entre los cónyuges”.
Ya que lo anterior restringe a los matrimonios entre personas del mismo sexo, legisladores reconocieron imprecisiones en el precepto y anunciaron que queda abierta la posibilidad para incluir este tipo de uniones legales… aunque si hay gente como el arzobispo, que sencillamente dijo “no estar de acuerdo”, veamos qué trabas encuentra la propuesta.