Hace unos días les dimos a conocer el caso de un hospital que negó el trasplante a un hombre que no se aplicó la vacuna. Ahora, en Carolina del Norte, un caso similar, pero con la diferencia que se cuenta con el posicionamiento directo del paciente.
“Nací libre. Moriré libre. No voy a cambiar de opinión”, señala Chad Carswell, luego de conocer que el hospital en que se encuentra internado le negó un trasplante de riñón, por no contar con la vacuna contra el COVID-19.
“He tenido conversaciones con mi familia y todos los que están cerca de mí. Ellos saben cuál es mi posición, y no será una situación que ocurra en la que elegiré cambiar de opinión sobre este tema“, advirtió Carswell, en entrevista para Fox News.
De acuerdo con medios norteamericanos, la condición de Carswell no es nada sencilla: tiene una doble amputación y, previamente, se ha enfrentado a cirugías cardíacas. Ahora, necesita que le sea trasplantado un riñón, debido a que el suyo sólo funciona al 4%, condición que le hace requerir diálisis tres veces por semana.
El caso de Carswell se da a conocer luego de que, en Boston, el Brigham and Women’s Hospital le negó un trasplante de corazón a un hombre por la misma razón: no se ha aplicado la vacuna contra el COVID-19.
¿Hospital de Boston negó trasplante a paciente por no tener vacuna COVID-19?
En el caso que dimos a conocer hace unos días (el de Boston), hay varias versiones: el padre dice que su hijo no se ha vacunado por cuestiones ideológicas, mientras que la mamá asegura que es por razones médicas. Sea cual sea la razón, el hospital le negó el trasplante porque, al no ser inmunizado, reduce sus expectativas de vida.
“Como la mayoría de los otros programas de trasplante en todo el país, la vacuna COVID-19 es una de varias vacunas y comportamientos de estilo de vida que se requieren para los pacientes que esperan un trasplante de órgano sólido”.
Y bueno, en este nuevo caso ya se tiene el posicionamiento claro de una persona en contra de la vacuna contra el COVID-19, aun cuando esto –muy probablemente– le costará la vida.
“Estoy dispuesto a morir”, aseguró Carswell, quien ya ha tenido COVID-19 en dos ocasiones y está consciente que no inmunizarse va en contra de las políticas que los hospitales han impuesto en Estados Unidos.