Uno de los objetivos era mantener unida a la Caravana Migrante y que se fragmentara su llegada a la Ciudad de México. Sin embargo, esto no sucedió por la cancelación e incomunicación de la ayuda por parte del gobierno de Miguel Ángel Yunes, en Veracruz. Y ante esta situación, los migrantes centroamericanos enfrentan otro obstáculo más: arriesgar su vida en una de las zonas más peligrosas de México.
En entrevista con Javier Risco y Gabriela Warkentin, en Así Las Cosas, Jan Jarab, representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), explicó las razones.
De acuerdo con Jan Jarab, “el Estado dejó a estos migrantes desprotegidos en una de las regiones más controladas por el crimen organizado, de la parte sur del estado de Veracruz” —se supone que la tarde del viernes pasado, el gobierno de Yunes prometió ayudar a la caravana con su traslado. Sin embargo, canceló la medida y después dejó de comunicarse con los voceros del grupo—.
#AlAire Jan Jarab, representante en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos @ONUDHmexico habla de las condiciones a las que se enfrenta la caravana migrante durante su paso por México pic.twitter.com/YQyq2szVFv
— Así Las Cosas (@asilascosasw) November 5, 2018
¿El resultado?
Algunos migrantes decidieron continuar su marcha y la caravana se fragmentó. Ahora, sólo queda esperar que los grupos se reúnan en el albergue instalado en Ciudad Deportiva, en la alcaldía Iztacalco, donde se realizará un “censo” de quienes han arribado a CDMX y en qué condiciones.
El temor de la ONU radica en la zona hiperpeligrosa en cuanto a extorsiones, trata de personas, secuestros y desapariciones. Y es que si bien la caravana ha marchado largos trayectos, el control se había llevado en estados como Chiapas y Oaxaca.
Pero al llegar a Veracruz, los protocolos de seguridad cayeron.
Jarab explicó que antes de eso, en Ciudad de México organismos de la ONU como Unicef México (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) y Acnur (la Agencia de la ONU para refugiados) se reunieron con la titular de la Comisión de Derechos Humanos CDMX, Nashieli Ramírez, y las autoridades de la capital para coordinar una entrada controlada a CDMX.
Sin embargo, el circulo vicioso se alimentó en Veracruz, tras la decisión de cancelar el traslado de la caravana y ahora la obligación del estado mexicano está en garantizar la seguridad de los niños y las niñas migrantes —quienes integran en un buen número la caravana—.
Es urgente que los tres niveles de gobierno aseguren las condiciones necesarias para que la Caravana permanezca junta y protegida, con particular énfasis en prevenir los riesgos diferenciados que podrían sufrir mujeres, mujeres embarazadas y niños, 5/7 pic.twitter.com/kaqI1lzomP
— ONU-DH México (@ONUDHmexico) November 3, 2018
La recomendación de Jarab apuntó a las autoridades federales y estatales para que den un seguimiento al paso de los migrantes apelando a un tema humanitario —en el que han colaborado asociaciones civiles y la iglesia católica—.
Presidenta de #CDHDF, Nashieli Ramírez Hernández, asegura en conferencia que la Ciudad de México es un lugar hospitalario para personas integrantes del #ÉxodoMigrante.
Hace un llamado a evitar la criminalización y brindar la atención humanitaria. pic.twitter.com/szlfcdSNmI— CDHCM (@CDHCMX) November 4, 2018
Mientras, silencio en el gobierno de Veracruz.
**Foto de portada: @ONUDHmexico