Hace dos años, tras la muerte de su hermano Ezequiel Cárdenas Guillén, Mario Cárdenas Guillén asumió el liderazgo del Cártel del Golfo.
No estaba solo: Cárdenas Guillén compartía el mando del cártel y el control de todas las rutas de distrución de droga en estados como Tamaulipas y Veracruz con Jorge Eduardo Costilla Sánchez, El Coss.
Hace unos minutos, la SIEDO confirmó la detención de Cárdenas Guillén por efectivos de la Secretaría de Marina. En un par de horas, poco después de las dos, en las instalaciones de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada las autoridades presentarán a los medios de comunicación a “el Gordo”, el menor de los Cárdenas, señalado como el sustituto de Osiel Cárdenas Guillen.
No es la primera vez que lo atrapan. Mario ya había estado preso. Permaneció de 2003 a 2007 en la prisión de máxima Seguridad de Puente Grande, en Jalisco, luego de ser trasladado tras comprobarse que desde el penal de Matamoros dirigía las operaciones del cártel de Golfo. En el 2007 fue liberado.
La detención de Cárdenas Guillén supone un fuerte golpe contra la organización fundada por su hermano… también, según los especialistas, un gran favor del gobierno al Coss, uno de los capos que más se han visto beneficiados por la guerra contra el narcotráfico y señalado, varias veces, como uno de los criminales protegidos por el Ejército y las autoridades federales.
