“…quiero representar o contagiar a todos los menganos, fulanos y sultanos (sic) que hay, que no se animan a veces por cinco segundos, a ayudar a alguien o llamar”.
Desde hace varios años, la localidad de Lanús en Argentina, cuenta con un superhéroe que patrulla las calles ayudando a la gente. Se hace llamar “Capitán Menganno”. Hace unos días sufrió un ataque de manos de un grupo armado, del cual logró salir ileso.
Muchas veces hemos escuchado aquello de que “todos podemos ser héroes”. Pues bien, un policía retirado en Argentina, ha decidido tomarse esta frase al pie de la letra, y se creó una identidad como superhéroe. Así, enfundado en un traje azul, porta un escudo y recorre las calles a bordo de su motocicleta en busca de aventuras.
“No es mi nombre o las ropas que visto lo que me convierten en superhéroe. Lo que cuenta es lo que hago y que mis acciones pueden ser definidas como heroicas en las mentes y los corazones de la gente. Ser un superhéroe real significa ir más allá de lo que se denomina deber. Es hacer lo necesario: salvar vidas y luchar contra el mal”
Esta idea le surgió cuando en el 2010 hubo un aumento de robos, violencia y asesinatos en su país. Con lágrimas en los ojos miraba las noticias y fue cuando pensó en hacer algo para remediar la situación.
Aquí lo podemos ver en una entrevista que le hicieron ese año:
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=dhtoOIRgAU0]
“Menganno” fue subinspector de la Policía Federal, organización de la que se retiró en 2004 debido a una enfermedad. Después trabajó para una empresa de seguridad de la que su padre es propietario. Ahora maneja un negocio, mismo que atiende con su verdadera identidad.
“Yo tengo un comercio y si se enteraran que soy yo no creo que estén preparados para manejar la situación y tal vez pierda un cliente”.
Este héroe sabe boxeo y karate; mide 1,84 metros, pesa 100 kilos y tiene alrededor de 43 años. Se sabe que tiene una pareja y dos hijos. Sus ídolos son el Capitán América, Batman y El Zorro; su color favorito es el azul y su dibujo animado preferido es “Dragon Ball Z”. Escucha a Andrea Bocelli, Eros Ramazzotti y a U2, y las películas que más disfruta son “El secreto de sus ojos”, “Titanic” y “Gladiador”.
También tiene una escuela para superhéroes, la cual funciona en un sitio al que llaman la “Mengannocueva”:
“La idea es que los chicos aprendan a ayudar a hacer cosas buenas. Uno les enseña a eso, a que colaboren”, señaló este paladín de la justicia.
Es tal su popularidad, que sus fans han abierto tres páginas en Facebook. Luego el mismo creó su propio sitio web. Incluso ya hay productos alusivos a este personaje de la vida real:
Entre sus campañas de ayuda está la de “un arma por un juguete” (ya sabemos a quién le copió el Gobierno del Distrito Federal). También vendió su “Menganno móvil” para juntar dinero y enviar a un ciudadano a China, pues requería una operación.
Aquí lo vemos patrullando las calles:
[youtube http://www.youtube.com/watch?v=TEFpNRVQmyo]
Lo malo es que esta labor también le ha generado enemigos. El pasado martes a las 23:00 horas locales, este superhéroe fue sorprendido en una esquina de Lanus por tres delincuentes, cuando estaba a punto de llegar a su casa.
Menganno viajaba con su mujer a bordo de un Citröen C3. El capitán sacó su arma y se enfrentó a los ladrones, lo que originó un tiroteo. Por lo menos 14 disparos fueron impactados en el auto de Menganno. Ni el héroe ni los maleantes resultaron heridos.
“De adentro se ven disparos en el parante y arriba de la guantera… que eran hacia mí desde mi ventanilla, y los del parabrisas son míos, disparando y protegiendo a mi pareja y disparando a los otros dos, porque disparaban también”, comentó en su página de Facebook.
La policía local señaló que los delincuentes lograron escapar. Sobre este episodio, Menganno incluso bromeo escribiendo con una jerga muy futbolera:
“Hay un tiro en el capó que lo peiné de cabecita y salió al corner”.
A raíz de este ataque, varios medios revelaron la verdadera identidad de este superhéroe, al que ahora se le quiere imputar por posesión ilegal de armas (su permiso venció en el 2012). La situación ha deprimido a este hombre, quien se dice triste porque se diera a conocer su verdadero nombre.
Ahora que se sabe su identidad (no publicamos su nombre porque queremos mantener la ilusión), ¿este héroe podrá seguir su labor?
¿Es justo que se le de este trato a quien sólo quería ayudar a su comunidad?
