Por acá les vamos a contar acerca de una conversación que está en redes sociales, sobre todo en Twitter, y que implica una serie de cuestionamientos a la base ética —y el rollo de los derechos de las audiencias— de Capital 21, un canal público que abrió sus puertas a un panel acusado de promover la transfobia y NBfobia.
Se trata de El Aquellarre, un programa de análisis de temas relevantes del día y abordados desde una perspectiva feminista.
El Aquelarre forma parte de la barra de opinión del canal chilango Capital 21, un medio público, y conducido por Renata Turrent. ¿Qué hizo que este espacio estuviera sonando mucho en redes en las últimas horas?
¿Qué pasó con Capital 21?
El 21 de septiembre Capital 21 transmitió un episodio más de El Aquellarre, que para ese día tuvo en su panel de análisis al militante de Morena Braulio Luna, al abogado Mercurio Cadena, la activista Itzel Suárez y al filósofo Mauricio Dimeo para hablar de masculinidades y de un foro que fue cancelado en la UNAM en este 2022.
Y antes de avanzar, va un poco de contexto: la UNAM canceló el foro ‘¿Qué es la masculinidad y por qué debemos hablar de ella?’ en la Feria Internacional del Libro (Filuni) —que contaba con la participación de Itzel H. Suárez, una de las panelistas en El Aquellarre.
La cancelación del foro se dio en medio de los cuestionamientos hacia la UNAM por abrir espacios a discursos acusados de transfobia —también hubo reclamos de parte de grupos autodenominados radicales feministas en apoyo al foro.
Total que Capital 21, mediante El Aquellarre, decidió retomar el tema del foro y abrió sus puertas para cuestionar por qué una institución pública académica del peso de la UNAM canceló.
Pero el mismo contenido fue cuestionado, ¿la razón?
Si escuchan el segmento dedicado al panel se darán cuenta por qué activistas de las comunidades LGBT+ han cuestionado la decisión de Capital 21.
La conversación iba sobre las masculinidades, el análisis al concepto del género y la teoría cuir (queer) y conforme fue avanzando el filósofo Mauricio Dimeo comenzó a hacer una comparación de problemáticas vividas por las mujeres como el punto de partida para enfatizar la importancia del sexo ante distintas violencias.
Lo que siempre se ha hablado desde la perspectiva de género, aunque el filósofo insistió hasta el punto de que, de manera directa, ignoró las violencias que padecen otras personas que integran las comunidades LBGT —poblaciones vulnerables también por el sólo hecho de ser y donde entran mujeres y hombres trans.
(Pasando por encima del hecho de que cada persona en situación de vulnerabilidad o comunidad LGBT vive violencias interseccionales. Es decir, que es cruzada por distintas violencias).
Estas han sido las observaciones hechas en redes. Hay otras que apuntan al hecho de que personas con capital y poder político le entraron al panel para legitimar un discurso que niega la existencia y los derechos de otras comunidades —va de nuevo, las poblaciones trans o no binarias (NB).
Los derechos para todas, todes y todos
“¿Por qué no se pueden tener estas conversaciones en las universidades, en redes sociales?”, preguntó la conductora.
Itzel Suárez respondió que era un rollo de ignorancia. Pero en el mismo marco de teorías y estudios grandotes sobre derechos humanos podemos saber que negar las existencias de la comunidad trans o no binaria es precisamente una violación a sus derechos.
Sus mismos derechos están reconocidos en tratados internacionales —que México ha firmado. Como los Principios de Yogyakarta sobre la Aplicación de la Legislación Internacional de Derechos Humanos a las Cuestiones de Orientación Sexual e Identidad de Género (2006).
No es un documento sacado de la manga, sino trabajado por especialistas para la creación de estándares legales para detener la violencia, abuso y discriminación contra lesbianas, gays, bisexuales (bisexualas) y personas trans.
México también ha adquirido un compromiso en la defensa de las personas trans —aunque también en eso ha fallado durante años y años.
Entonces, la tarea de las instituciones o medios del gobierno —como Capital 21— es precisamente hacer llegar estos mensajes a la gente, visibilizar, dignificar y garantizar los derechos de las personas trans y del resto de las comunidades.
Ante las críticas, Capital 21 defendió el panel bajo el argumento de la pluralidad de opiniones. Pero, ¿qué pasa cuando las opiniones le pegan a una persona o a una comunidad por el simple hecho de ser, como a nosotras las mujeres? Regresan los estereotipos, la discriminación y las violencias.