Durante muchos años una de las principales preocupaciones de la humanidad fue la reducción de la capa de ozono en algunas zonas del planeta, debido principalmente a la contaminación.
Afortunadamente un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) pone sobre la mesa un escenario esperanzador: gracias a décadas de trabajo y reducción de emisiones, la capa de ozono se está recuperando con éxito y si seguimos por el mismo camino, en unas décadas más se habría recuperado por completo.
Vamos en buen camino con la capa de ozono
Vamos a empezar por lo primero ¿qué es la capa de ozono?
La capa de ozono es una capa que envuelve a nuestro planeta y que lo protege de los rayos solares y ultravioleta que nos llegan. Solo para que nos demos una idea: absorbe entre el 97 y el 99% de la radiación ultravioleta.
Fue en 1985 cuando expertos notaron que había un agujero en la capa de ozono y que si no se hacían cambios respecto a las emisiones, el desgaste sería cada vez mayor y los seres vivos estaríamos expuestos mucho más a la radiación ultravioleta.
Entonces ¿qué hicimos de diferente para detener el desgaste de la capa de ozono?
Unos pocos años después nació el Protocolo de Montreal, un acuerdo global que los principales países del mundo firmaron para poco a poco eliminar 100 productos sintéticos que estaban relacionados con la destrucción de la capa de ozono.
Y todo parece indicar que la reducción progresiva de emisiones funcionó y marcó un camino de esperanza que debemos seguir de ahora en adelante.
El informe de la ONU determinó que el uso de los CFC (clorofluorocarburos , clorofluorocarbonos o gases clorofluorocarbonados) ha disminuido un 99% desde la entrada en vigor del protocolo en 1989.
Si continuamos con el camino como hasta el momento, el pronóstico indica que la capa de ozono se recuperará a los niveles de 1980 en 2040 en la mayor parte del mundo.
En las zonas polares el periodo de recuperación sería un poco más largo: al menos en 2045 para el Ártico y 2066 en la Antártida.
Aunque todavía falta camino, lo que hemos logrado en las últimas décadas es señal de que sí se puede y lo que debe hacerse con urgencia: transitar a energías limpias, reducir los gases de efecto invernadero y limitar el aumento de la temperatura.