Campañas en contra del consumo del alcohol hay muchas, pero no siempre impactan al público al que van dirigidas.
En el caso de la campaña THINK!, producida por el gobierno británico, además de impactar también le mete el susto de su vida a varios bebedores potenciales.
La campaña se basa en una especie de “cámara escondida” que se coloca en el baño de bares y pubs. Cuando algún cliente (y posible bebedor) entra, una cabeza humana se estrella contra el espejo, provocando los saltos y caras de espanto de las personas.
La idea es recrear lo violento y shockeante que resulta un choque automovilístico provocado por el abuso del alcohol.
Aquí lo gracioso sería que uno o más de los “espantados” fuera abstemio.
¿Crees que funcione?