A la familia que cuidaba el camello de François Hollande en Malí, le dio tanta hambre que terminó por comerse al dromedario.
El pasado 2 de febrero, el presidente de Francia, François Hollande visitó Tombuctú, Malí (aquel lejano lugar que nuestra errada imaginación, solía conocer como Timbuctú) y en agradecimiento por la intervención militar francesa contra los yihadistas, le regalaron un flamante camello.
Al viejo estilo de cuidador de cabras, el ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, tenía que dar noticias sobre el camello al presidente en cada consejo de ministros #WTF
No pasaron ni dos meses, para que Jean-Yves Le Drian le informara que la familia a cargo de cuidar al dromedario, siguiendo la receta de la abuela hicieron Camello a la Hollande, se lo comieron.
Pueden dormir tranquilos porque le van a reponer el camello por uno más bonito y con dentadura perfecta. El costo promedio de un camello es de 700 dólares, lo que representa el 63% de PIB per cápita de ese país, es decir, que hablando en términos de camellos, cada habitante gana un camello y una joroba al año.
Y en otras noticias de camellos, Al-Shabaab (El Movimiento de Jóvenes Muyahidines en Somalia) señaló en junio del año pasado, que daría 10 camellos como recompensa por el presidente Barack Obama y dos camellos para obtener información sobre Hillary Clinton.