Leonardo Di Caprio dejó de ser el Cruz Azul de los Premios de la Academia este 2016, aunque cubrirse con la gloria del Oscar no fue su mayor aportación del año. El protagonista de The Revenant, como jugándole al Bono, sacó a la luz el documental Before the Flood: un viaje de noventa y cinco minutos de Groenlandia a India, donde se busca exponer los efectos del cambio climático alrededor del mundo.
El actor estadounidense se ha reunido con políticos y líderes mundiales, como el Papa Francisco, para hablar acerca de los riesgos del calentamiento global; buscando detener el fenómeno climático y los daños al medio ambiente. El pasado miércoles 7 de diciembre, por ejemplo, Di Caprio sostuvo un diálogo al respecto con el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien es uno de los principales escépticos del cambio climático.
Algunos medios reportaron que Trump fue receptivo con la propuesta de Di Caprio; aunque lo cierto es que el equipo del magnate neoyorkino y miembro del Salón de la Fama de WWE no emitió comunicado alguno al respecto.
De acuerdo con un estudio de la Agencia Internacional de Energía, existen dos posibles escenarios sobre la actuación del presidente electo frente al cambio climático:
- Donald Trump no da marcha atrás al Acuerdo de París, firmado por 175 países, y se ponen en práctica las políticas amigables con el medio ambiente que ayudarán a disminuir las emisiones de gases nocivos. Aun así, se tiene pronosticado que las temperaturas crezcan de 2.9 a 3.4 grados centígrados a lo largo del siglo.
- No se toman las acciones necesarias, con lo cual la emisión de dióxido de carbono se incrementa 36% en 2040; es decir, casi tres veces más de los que se prevé en el primer escenario.
El cuento de ‘Pedrito y el lobo’
Desde tiempos inmemoriales, las sociedades originales de Estados Unidos -como los Sioux, Onondaga y Tuscacora- lo venían alertando, como escribe Jordi Soler: las calamidades y catástrofes vendrían si no cuidábamos de nuestro planeta. Entonces nadie les hizo caso. No fue sino hasta que personajes con un importante “megáfono” social como el exvicepresidente de Estados Unidos, Al Gore, y el actor Leonardo Di Caprio se posicionaron sobre el tema, que el combate al cambio climático tuvo algo de resonancia.
En una suerte inversa del cuento de ‘Pedrito y el lobo’, se nos avisó con tiempo sobre los daños que el uso de combustibles fósiles y la emisión de gases nocivos podría traer consigo, pero nadie hizo caso. Ahora, el lobo toca a nuestra puerta: en Sudán viven más de 40 millones de personas; pero gracias al cambio climático —que para algunos no es más que un cuento chino para ganar la carrera manufacturera— en los próximos cien años, el país ubicado en el norte de África podría convertirse en un desierto inhabitable.
De acuerdo con un reporte de la Organización de las Naciones Unidas, el calentamiento global ya afecta a cerca de 1.9 millones de sus pobladores.
El cambio climático no es exclusivamente un fenómeno que trae consigo cambios en la temperatura y de precipitación; sino que además afecta la producción agrícola y ganadera. Ello, debido a que potencia la mala calidad de las tierras de cultivo y la falta de acceso al agua. Actualmente, 4.6 millones de sudaneses enfrentan inseguridad alimentaria; y se espera que en los próximos años, 3.2 millones sean afectados por la escasez de agua.
Lo peor del caso es que estos efectos sobre la población de Sudán son apenas la punta del iceberg si no se actúa pronto, “sin una intervención inmediata“. Si las condiciones siguen empeorando, se espera que la temperatura se incremente hasta en tres grados centígrados para 2060, lo que impactaría a dos tercios de su gente.
La noticia en sí es súper alarmista, pero también súper alarmante: Sudán será el primer país del mundo en ser inhabitable. IN-HA-BI-TA-BLE.
Para 2060, el aumento de las temperaturas deteriorarán fuertemente los ecosistemas y recursos naturales del país: las fuentes de agua se volverán escasas, la fertilidad del suelo empeorará y la rica biodiversidad del país africano estará amenazada. A pesar de que Sudán es uno de los países más afectados por el cambio climático, los fondos que recibe para enfrentarlo son más bajos que los de otras naciones.