La campaña del republicano Donald Trump rumbo a la Casa Blanca estuvo llena de propuestas estridentes, quizá algunas más que otras: la construcción del muro fronterizo entre Estados Unidos y México; la deportación de inmigrantes ilegales con antecedentes delictivos; la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte; la prohibición de entrada a personas provenientes de regiones “propensas al terrorismo”; y una preocupante posición de Donald Trump respecto al cambio climático.
El pasado 22 de octubre, durante la presentación del plan para los primeros 100 días de su gobierno, el entonces candidato del Partido Republicano indicó que cancelaría los pagos para apoyar programas de cambio climático de la Organización de las Naciones Unidas; y que, en cambio, utilizaría esos “miles de millones” para financiar proyectos domésticos.
En Estados Unidos, de acuerdo con una encuesta, 30% de la población piensa que el cambio climático no existe o que no es culpa de los humanos. Algunos otros piensan que es una conspiración creada por los chinos para ganar terreno en la industria manufacturera, ¿o no, Donald?
The concept of global warming was created by and for the Chinese in order to make U.S. manufacturing non-competitive.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 6 de noviembre de 2012
El presidente electo de Estados Unidos, sin embargo, reculó un poco en su posición respecto al cambio climático en su encuentro con periodistas de The New York Times. Durante el encuentro con el periodista Thomas L. Friedman, Trump se dijo de “mente abierta” respecto a la amenaza que supone el cambio climático para la Tierra; prometió mirar cuidadosamente la situación; y, por primera vez, aceptó que el fenómeno podría estar relacionado con la actividad humana.
Ayer, 5 de diciembre, el empresario neoyorkino dio un nuevo paso en esa dirección: Donald Trump se reunió con el ambientalista, ganador del Premio Nobel y principal promotor de acciones contra el cambio climático Al Gore. La cita se llevó a cabo en la Torre Trump en Nueva York y, a decir del candidato presidencial del Partido Demócrata en 2000, “fue una conversación larga y productiva” que se repetirá.
La reunión entre ambos políticos habría sido arreglada por Ivanka Trump, hija del magnate, quien sostuvo un encuentro con el ambientalista antes que su padre. Al parecer, la puerta está abierta para que los demócratas participen en la administración de Donald Trump en materia social y ambiental.
¿Quién sería el Secretario de Energía en la gestión de Trump?
El favorito para ocupar el cargo es el político republicano Kevin Cramer, conocido por ser un escéptico del cambio climático y ferviente entusiasta de quebrar la corteza terrestre para extraer petróleo; además de haber fungido durante la campaña presidencial como consejero de Trump en materia energética.
El potencial titular del Departamento de Energía postuló en el plan energético de Trump la promoción de combustibles fósiles, así como el debilitamiento de la regulación ambiental. Por poner un ejemplo, busca dar marcha atrás al Plan de Energía Limpia del actual presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
¿Qué es el calentamiento global o cambio climático?
El calentamiento global es un término utilizado para referirse al aumento de temperatura en la Tierra desde el Siglo XIX. Con la creación de fábricas y la masificación de los procesos de producción que trajo consigo la Revolución Industrial, el consumo de carbón como fuente de energía se disparó. Para que las fabricas pudieran funcionar y producir, se utilizaba la energía proveniente de la quema de combustibles fósiles.
Cuando el carbón se quema, produce dióxido de carbono y otros gases derivados de procesos industriales, mismos que crean el efecto invernadero: estos gases hacen que parte de la radiación natural que intercambian el Sol y la Tierra se quede atrapada en la atmósfera; lo que a su vez genera un aumento de temperatura en el planeta, ya que el calor no puede escapar.
El calentamiento global es el peligro más grande a mediano y largo plazo para nuestro planeta, y ocurre de manera más rápida de lo que calculaban los expertos. La temperatura mundial está aumentando a pasos impensados, al grado de que la Organización Meteorológica Mundial reportó que 2015 fue el año más caluroso desde que se mide la temperatura terrestre, es decir, desde 1880.
Y por los registros que se tienen sobre el despempeño en 2016, los resultados no son muy favorecedores: según los datos disponibles de NOAA (la Administración Atmosférica y Oceánica Nacional de Estados Unidos, agencia que revisa la temperatura mensual mundial) hasta julio de este año, la Tierra lleva al menos 15 meses seguidos rompiendo sus récords de calor.
¿Cuáles son las consecuencias del cambio climático? Un aumento incluso menor a un grado de temperatura puede causar consecuencias catastróficas. Mientras más alta sea la temperatura, más hielo se derrite. Entre más hielo se derrita, más agua habrá en el mar. Si hay más agua en el mar, sus niveles subirán a tal punto que varios países y ciudades terminarán sumergidos. Al paso que vamos, se prevé que en los próximos 50 años desaparezcan las Islas Marshall, Fiji, Vanuatu y las Maldivas.
Como salido de una blockbuster hollywoodense, en el futuro, ciudades como Miami, Londres o Nueva York podrían sufrir el mismo destino que la Atlántida. La única buena noticia que traería consigo el cambio climático en nuestro país es que las repelentes playas artificiales a las que nos acostumbró el exjefe de Gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard, estarían de vuelta… PER-MA-NEN-TE-MEN-TE.