En California, las reformas de la izquierda demócrata parecen imparables.
Son 500 las reformas progresistas aprobadas en el estado de California el mes pasado. Esto ocurre mientras el gobierno de Barack Obama se encuentra paralizado por las trabas y estrategias de los republicanos en las cámaras federales. El gobernador de la soleada entidad, Jerry Brown, ha expresado que desea
“convertir a este estado en un referente político para la nación, tal y como lo ha sido en las últimas décadas en casi todo, desde la protección ambiental al sistema de impuestos[…] Arquímedes dijo que si le dan un punto de apoyo, podría mover la tierra. No sé si eso funciona ya hoy, pero sin duda estamos buscándolo”
Las cámaras legislativas californianas están dominadas por dos aplastantes tercios de demócratas trabajando en temas que sonarían inverosímiles en otros estados o a nivel federal. Entre ellos se encuentra el otorgar licencia de conducir a indocumentados (recordemos que en Estados Unidos, la licencia de conducir es la identificación oficial más requerida). Esto beneficiaria a cerca de dos millones y medio de inmigrantes sin papeles.
“Al Estado no le queda otra vía más que la de integrar a los inmigrantes […] Dado que Washington se está moviendo tan lentamente en la reforma de la ley de inmigración, creo que se necesita un buen empujón y es lo que vamos a hacer con esta ley” dijo el gobernador.
Otra ley en proceso es aquella que permitiría a indocumentados fungir como jurado en juicios orales e incluso ejercer la abogacía.
Una ley casi aprobada es la que aumentará el salario mínimo en el estado de 8 a 10 dólares la hora, colocando a California como la entidad mejor pagada de todo el país. El sector de trabajadoras domésticas se verán aún más beneficiado con una dura legislación que obligará a sus empleadores al pago de horas extras y a firmar contratos.
Vía: El País
