En mi infancia solía preguntarme porque en las caricaturas y películas gringas a los niños de mi edad los calificaban con letras, y no con números, como hacían conmigo en la escuela. Nunca entendí del todo a que se refería obtener una ‘B’ o una ‘C’. Ahora, ese sistema de evaluación está por instaurarse en México.
Por ejemplo, ahora, en lugar de que los padres de familia vean un 6, verán una C.
Esta cambio obedece al formato de la nueva boleta de calificaciones que será usada para registrar la evaluación de más de 27.6 millones de niños y jóvenes en el país. Esta innovación fue aprobada por la Secretaría de Educación Publica (SEP) y los gobiernos estatales.
El cambio se dará de forma gradual y de momento se emplearán ambos esquemas de calificaciones (números y letras). Para quienes como yo, nunca supieron a qué equivalía cada letra, acá les va un acordeón:
La letra A equivale a 10.
La B significa ‘nivel satisfactorio en el aprendizaje’, y sustituirá al 9 y 8.
La C comprende un ‘desempeño suficiente’, y será como un 7 ó 6.
Los tronados obtendrán la letra D.
Ahora sí chiquillos y chiquillas, a temerle a la letra D…
Este nuevo programa se generalizará a partir del próximo ciclo escolar. Por el momento este sistema ya se prueba en 978 planteles de preescolar, más de 5 mil de primaria y mil de secundaria.
Bueno… y ¿para qué sirve el cambio? Pues quién sabe, pero al menos ya entendemos por qué Bart Simpsons siempre saca F en sus exámenes.
(como dato cultural, en Estados Unidos se emplean las letras E y F cuando se obtienen calificaciones muy bajas).
Guarden sus exámenes en los que sacaron un redondo y bonito ‘0’, ¡están por dejar de existir!