Los métodos para transportar droga de manera ilegal son tan vastos como la imaginación. Quizá es por esto que el gobierno mexicano siempre va un paso atrás. Lo que sorprende es que, habiendo tantas formas de hacerlo, los narcotraficantes cometan errores tan extraños como este:
Por primera vez se registró en Tijuana la caída de un dron cargado de la sustancia conocida como “cristal” que, presuntamente, era dirigido para cruzar la frontera. Dada la baja altura a la que pueden volar y la pequeñez que suelen tener los drones, parecen una herramienta atractiva para mandar droga al mayor comprador de narcóticos mexicanos, nuestro vecino del norte.
Según los primeros peritajes, el dron habría caído por exceso de peso. Cargaba consigo tres kilos de droga. El artefacto cayó en el estacionamiento de una zona comercial de la ciudad y los presentes dieron aviso a las autoridades.
La droga estaba repartida en seis paquetes, cerrados con un fleje transparente y pegadas con cinta adhesiva negra. El aparto tenía seis hélices y lucía la leyenda “Spreading Wings 900”.
Las autoridades han advertido de este nuevo método para transportar sustancias ilegales. Algunos expertos hablan de la necesidad de hacer una legislación específica para el vuelo de drones.
