Representantes del Senado se han adelantado a Obama y han propuesto una reforma migratoria, tal vez la más importante de la historia reciente de Estados Unidos. El presidente se muestra optimista por primera vez con la actitud del Senado.

 El problema migratorio siempre ha sido una bandera electoral (ya sea para atraer o alejar votos) y por muchos años ha sido ignorado a pesar de ser un tema medular para el análisis de la sociedad norteamericana. Una cosa es cierta, cambiar el estado jurídico de los inmigrantes definitivamente impactaría tremendamente en la economía y la política estadounidense. Tal vez por ello pocos mandatarios han tenido el valor de enfrentar el problema completamente y las pequeñas intentonas de reforma han caído por los suelos (véase la ley de Trabajadores Especializados o el Dream Act ).

Ayer, ocho senadores (cuatro demócratas, cuatro republicanos) anunciaron un pacto para proponer una reforma legislativa que busca actualizar el estado jurídico de más de 11 millones de indocumentados en el país. El hecho de que los más respetados representantes de cada ala del senado hayan suscrito esta propuesta de reforma (que desde luego es apoyada por Obama) la convierte en una sin precedentes en la historia reciente de Estados Unidos.

El senador republicano John McCain

Sin embargo, el asunto no es pan comido, pues los inmigrantes tendrán que cumplir con ciertas condiciones para recibir la green card, el documento que los acredita como ciudadanos. Tendrían que pagar, por ejemplo, los impuestos que han evadido y una multa por entrar al país ilegalmente (pues es un delito civil). Y los problemas no terminan aquí pues puede que el ala republicana exija asegurar la frontera para evitar la entrada de más inmigrantes y castigar enérgicamente la contratación de indocumentados. La concretización de estas dos últimas propuestas son las que pueden demorar la aprobación de la reforma pues tendrá que haber un debate sobre qué significa asegurar la frontera y los métodos para hacerlo.

Solucionar el problema de la inmigración es ya urgente toda vez que la deportación no tiene efectos sobre una sola persona sino que familias enteras se ven afectadas por ello: el 46 por ciento de los hispanos tienen un pariente indocumentado y casi un tercio de los deportados tiene familiares estadounidenses.

Además, la reforma podría traer grandes beneficios económicos, contrario a lo que muchos opinan, pues el alcalde de Los Angeles afirmó que, cuando la cabeza de la familia logra conseguir la ciudadanía estadounidense, sus ingresos aumentan un 14%:  “Para los 11 millones de inmigrantes indocumentados de Estados Unidos esto supondría generar más de 1,5 billones de dólares. El gobierno federal recaudaría además 4.500 millones en impuestos solo en los próximos tres años”

 Entre los que suscriben la propuesta se encuentran  Dick Durbin y  Chuck Schumer , el número dos y tres de los demócratas en el senado, así como  John McCain y Lindsey Graham de la parte republicana del senado; incluso Marco Rubio lo ha hecho, él es la carta que han jugado los republicanos para tratar de ganar el voto latino, Rubio, a diferencia de McCain no es enemigo del Tea Party, el ala más extrema de la derecha norteamericana, y su firma en el trato es vista con buenos ojos por todos.

El senador republicano por Florida, Marco Rubio, y el senador demócrata Charles Schumer (al fondo), anuncian un acuerdo para trabajar en una reforma migratoria.

No hay que olvidar que McCain fue castigado por el voto hispano pues Obama obtuvo 7 de cada 10 votos de esta comunidad en las pasadas elecciones. McCain declaró  en la cadena ABC: “Mira las últimas elecciones. Estamos perdiendo el voto hispano de manera dramática, y pensamos que debería ser nuestro”.

 La situación sin embargo no deja de ser espinosa, puede que esta propuesta de ley pase fácilmente en el Senado, dado que los senadores que la suscriben tienen un gran peso entre sus pares, pero muchos voltean a ver la ominosa sombra de la derecha radical que actúa en la Cámara de Representantes que será un obstáculo más difícil de vencer.

Hoy, en las Vegas, durante su primer discurso luego de retomar el mando del ejecutivo, Obama recordó que “entre más nos acerquemos al tema, más emocional será el debate”. No olvidemos que hay un amplio sector de la sociedad norteamericana que no apoya las medidas para legalizar a los inmigrantes, basados en contradictorias y anacrónicas percepciones del Estado, la tierra y el derecho sobre ésta.

Sin embargo, hay optimismo en la comunidad Hispana, incluso Chuck Schumer, uno de los senadores que propuso la reforma ha declarado que  “por primera vez, hay más riesgos políticos en oponerse a la reforma migratoria que en apoyarla”.

El presidente estadounidense Barack Obama durante un dicurso sobre la refoma migratoria en Las Vegas, Nevada.

 

 

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