Probablemente muchos de ustedes —sobre todo si son del norte— ubiquen la leyenda de Joaquín Murrieta. Ya sea por las curiosidades sangrientas de este antihéroe mexicano, por los personajes populares que inspiró su historia o por una serie que se estrenó recientemente en las plataformas de streaming. Pero, ¿quién era, de verdad, este hombre sonorense? ¿Era un vengador fantasma? ¿Una extraña representación de un patriota?
“No era un justiciero, pero la gente lo creyó así”, explica el historiador Alejandro Rosas, que ha reconstruido la biografía de este personaje en su más reciente libro.
‘La Cabeza de Joaquín Murrieta’ es un western mexicano. Una novela inspirada e investigada en los hechos reales de la extraña vida de este hombre. Un joven de 21 o 22 años que seguramente se hubiera quedado en Hermosillo, sino hubiera sido por las dolorosas circunstancias políticas y sociales que lo llevaron a convertirse en un terror de los primeros estadounidenses en California.
Su historia, para empezar, sucede en el momento exacto en que México pierde más de la mitad de su territorio; un momento en que los mexicanos —atrapados por la frontera recién acordada— se convierten en ciudadanos de segunda clase en su propia casa.
“Hay un mexicano ahí que pone contra las cuerdas a los gringos“, explica Alejandro Rosas, “pero no por un ánimo de libertad o por un ánimo de: ‘voy a recuperar los territorios perdidos por México’, sino por venganza. Vil y llana venganza“.
La leyenda de Joaquín Murrieta lo ha convertido en una especie de Robin Hood, que le robaba a los gringos para darle a los mexicanos.
Sin embargo, la reconstrucción biográfica de este personaje en ‘La Cabeza de Joaquín Murrieta’ nos lleva a los verdaderos motivos oscuros detrás de este bandolero mexicano. “Le matan al hermano, le matan a la esposa, y entonces, de pronto de ser un chavo quizá que iba a ser agricultor, comerciante en Hermosillo; se vuelve un asesino. Un asesino de gringos”.
‘La Cabeza de Joaquín Murrieta’ es el primer Viejo Oeste
Las historias del Viejo Oeste —ya saben, las de Billy the Kid o Jesse James— comienzan hasta los años 1880, pero la vida de Joaquín Murrieta es la verdadera primera edición del Viejo Oeste.
En la California de los 1840 y 1850, retratada por la investigación de Alejandro Rosas, la época conocida como Fiebre del Oro creó un ambiente hostil. Violento. Ingobernable. “En esa primera etapa son todos hombres, pistolas, cuchillos. La ambición desatada por completo con respecto al oro, una obsesión por el oro. Entonces, esto nos da un caldo de cultivo que nos pone a ver a personajes de carne y hueso como Joaquín Murrieta”, cuenta el historiador.
Y por supuesto, a eso agréguenle el terrible momento en que México y Estados Unidos se encontraban en guerra.
A Joaquín Murrieta le decían El Patrio, pero no por lo que crees
Aprovechando la leyenda de Joaquín Murrieta, a este bandolero mexicano lo han pintado como un héroe. Hasta le decían El Patrio, pero —como lo investigó Alejandro Rosas— no tiene nada que ver con lo creíamos.
“Yo creo que ni siquiera Joaquín Murrieta se siente a sí mismo como: ‘ah, soy el reivindicador de una Patria'”, nos cuenta el autor.
“Le dicen El Patrio, y fíjate que eso lo encontré en la investigación, pero no era por un ánimo patriótico, sino porque los gringos eran incapaces de decirlo. Para los gringos era más fácil decir El Patrio que El Prieto (…) Uno cree que tendría que ver con el ánimo de reivindicar a la patria y recuperar su tierra, la justicia, la libertad; pero no, el personaje histórico nos lleva por el camino de la sangre, de la venganza, del asesinato, y de la crueldad muy típicas, y comunes, y corrientes, de estos años de la fiebre del oro en California”.
Alejandro Rosas, en entrevista sobre ‘La Cabeza de Joaquín Murrieta’
En ‘La Cabeza de Joaquín Murrieta’ el historiador Alejandro Rosas le sigue la pista a este histórico personaje, a la violenta California y la leyenda perdida de su más reconocible máscara: ¿qué le pasó a su cabeza?
‘La Cabeza de Joaquín Murrieta’ está publicado por Planeta y lo encuentran en cualquier librería.