¿Qué harías si un día el taquero te dice que el costo de cada taco ha subido un peso, no por el alza en la materia prima, sino debido a la extorsión del crimen organizado?
En 2013 el nivel de penetración del cártel de Los Caballeros Templarios en la sociedad michoacana alcanzó niveles inimaginables con el cobro de un impuesto por cada taco vendido. Esto sucedió en el centro de Tepalcatepec, en la Tierra Caliente de Michoacán, cuna de las autodefensas de ese estado.
Así lo relató Juana Reyes, hoy conocida como comandanta Juanita, quien no dudó integrarse al grupo de autodefensa que desterró a los Caballeros en un movimiento iniciado precisamente un día después de que el crimen organizado reuniera a los taqueros del pueblo para avisarles el nuevo impuesto por cada taco vendido.
Juanita recuerda que en enero de hace dos años intentó abrir una taquería, pero un día llegó un hombre para cobrarle el derecho de piso.
“Fue una rabia infinita la que sentí, quería cobrarme por taco, un peso por cada uno. ‘¿Y cómo vas a saber cuántos tacos vendo si ni yo lo sé?’, le dije cuando me llevaron a una reunión con todos los taqueros de pueblo. Ahí nos dijeron que le íbamos a dejar un peso por cada kilo de carne al carnicero. Cada carnicero les va a regalar dos mandiles y su gorra y así sabremos quién les vende la carne. No alcancé a pagarles ni un peso”, dijo.
Justo un día después, el 24 de febrero de 2013, varios municipios de Tierra Caliente, comandados por los hoy encarcelados Hipólito Mora y Manuel Mireles, tomaron las armas y se alzaron contra los Templarios, que por más de 12 años amenazaron a Tepalcatepec.
Hoy, dos años después y aún con inestabilidad en el estado de Michoacán a pesar de la presencia del comisionado para la Seguridad, Alfredo Castillo, la comandanta Juanita no sólo abandonó a las autodefensas, sino también la Fuerza Rural, aunque en realidad nunca lo hizo formalmente, como ella misma lo relató.
“Hicimos los primeros trámites, pero nunca estuve dada de alta. No estoy registrada, nomás la pura foto”, dijo.
Desistió a la Fuerza Rural casi de inmediato para dedicarse a una doble labor, la personal y la ciudadana. Echó a andar una cooperativa de producción de queso e integró el Consejo de Tepalcatepec, formado por 50 personas que deciden sobre su municipio.
Prefirió, como Ingeniera agrónoma de profesión, registrarse el año pasado ante la Secretaría de Agricultura para recibir recursos para su cooperativa, la cual en marzo de este 2015 estará en posibilidades de dar empleo a sus 12 socias, a cinco personas más de manera directa y otras 15 de manera indirecta.
Juanita afirma que a diferencia de otras zonas de la Tierra Caliente, donde aún hay conflictos, Tepalcatepec es un ejemplo de que sí se puede desterrar a los Templarios.
“Aquí nos levantamos en armas, pero sí hubo beneficios, aquí la gente va a trabajar y ya no hay cobro de piso, ya reciben su pago justo. Pensarlo antes, todavía hace un año, ni lo soñábamos”.
La comandanta Juana Reyes indica que el motivo de los conflictos en La Ruana y Apatzingán (donde han tenido lugar sangrientos enfrentamientos) podría ser por mal manejo de los líderes comunitarios en esos poblados.
“Los líderes deben saber manejar a la gente, pero no para beneficio propio, no para beneficios personales. Cada pueblo debe decidir, no los líderes de otros lugares. Nosotros no podemos ir a Apatzingán a decidir. Hay intereses diferentes y no van a poder ponerse de acuerdo”.
“Tarde o temprano se van a acomodar, luchamos por que no hubiera Caballeros Templarios, que no hubiera extorsiones ni cuotas y ya se acabó eso, por eso podemos decir que ya se ganó, aquí en Tepalcatepec tengo libertad, ya nadie me vigila”.