El burro es uno de los animales que en México ha tenido y tiene una relevancia muy importante. Por años se utilizó como animal de carga y en general como apoyo para el trabajo en zonas rurales, sin embargo, con el paso del tiempo la población de estos animalitos disminuyó considerablemente aunque aún no están considerados como en peligro de extinción.
Si queremos saber cuántos burritos hay actualmente en México las cifras presentadas por diversas organizaciones e instituciones tienen importantes diferencias.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), hasta 2017 en nuestro país había al menos 3 millones 200 mil burros y mulas. En este sentido México ocupa el cuarto lugar a nivel mundial en población de burro y el primero en mulas.
Por otro lado, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (NEGI) reveló que de 1994 a 2010 el número de burros en México se redujo en 61.9%, al pasar de un millón 527 mil ejemplares a 581 mil.
No hay cifras exactas de cuántos burritos tenemos ya que las ciudades y zonas urbanas han crecido demasiado. En estas zonas el burro ya no es tan común ni necesario pero sí lo es en zonas rurales y muy apartadas, por lo que es difícil de censar.
Burrolandia, un santuario para los burritos
Aunque el burro fue y es la base del trabajo de carga y demás en muchas partes del país, es una especie que ha sido muy maltratado y menos preciado. Algunos animales son explotados como carretoneros, con niveles graves de desnutrición, anemia y demás enfermedades. Otros sirven como mero atractivo, por ejemplo, la denuncia que surgió en redes sociales de un burrito que turistas emborrachaban nomás por diversión.
En 2006 nació en el municipio de Otumba, en el Estado de México, un santuario dedicado al rescate de burros de rastros, así como de diversas condiciones de maltrato y explotación.
“Burrolandia” es un parque temático en el centro de Otumba, específicamente en la calle Estación 6, La Estación, en el municipio de Otumba. Aunque en un inicio tenían dos burros, a la fecha en el santuario ya hay 54 ejemplares.
Para que nos contara un poco más de cómo funciona el santuario y nos presentara a los burritos, nos echamos una platicada con Raúl Flores, administrador de Burrolandia.
En Otumba se celebra todos los años la Feria Nacional del Burro, una tradición en la que participan burritos de la comunidad. Con el paso de los años fueron notando que cada vez menos burritos participaban y era más difícil verlos.
“Es así como surge la idea de crear un lugar en donde los burritos ya no tengan la necesidad de trabajar, ya no sufran maltratos y nace así el proyecto de Burrolandia México“, nos explica.
¿Cómo funciona el santuario?
Cuando un burro llega al santuario es puesto en un espacio destinado a la cuarentena. Esto para evitar que contagie a los demás si es que tiene alguna enfermedad y para ser tratado en el caso que sus condiciones de llegada sean malas. Es como el área de aislamiento.
Después de ese tiempo y si se observa que su comportamiento es bueno y se integra bien con los demás, se integra con la manada de hembras o machos. Si tiene una conducta agresiva o tiene debilidades que los hagan vulnerables ante los demás, entonces viven en lugares especiales separados de los demás.
Todos los días los burritos salen a un espacio grande, sin ataduras ni correas, para que puedan correr, jugar y pasar el tiempo fuera de sus corrales. Lo hacen por horarios para evitar conflictos o peleas: las hembras y los burritos recién nacidos, los machos y luego los animales con debilidades y los que tienen mucha energía.
Este santuario está abierto al público, las personas pueden acudir a conocer los burros, aprender todo sobre ellos, qué comen, cuánto viven, cómo se bañan, etc. y pueden interactuar con ellos. El lugar cuenta con restaurantes, área de comida y demás zonas propias de un parque turístico temático.
Los recursos que el santuario gasta en la manutención y atención de los burritos sale directamente de la venta de entradas y comida a los turistas, desafortunadamente no cuenta con ningún apoyo extra. La contingencia por COVID los obligó a cerrar por varios meses y los problemas para darles de comer y atenderlos como se debe comenzaron.
Raúl nos explica que ahora solo pueden darles la mitad de pacas que les daban antes del coronavirus y si antes los bañaban dos veces al mes, ahora pueden hacerlo una vez.
¿Cómo podemos ayudar?
Después del cierre total finalmente Burrolandia volvió a abrir sus puertas. Debido al COVID que aún no logramos vencer todas las visitas deben ser con reservación. Si quieres visitarlos, lo que debes hacer es comunicarte a los teléfonos del santuario ( 5549267362 ) y apartar la fecha en la que te gustaría asistir.
Al llegar solo estarán los visitantes y un guía, es una visita completamente personalizada con una duración máxima de 60 minutos. Las demás áreas al momento no están disponibles para evitar contagios. Para hacer una reservación se necesita el nombre de la persona, el número de personas que lo acompañan, la fecha, hora y lugar de procedencia.
El acceso cuesta 100 pesitos para adultos y 80 para niños, los menores de 3 años entran gratis. Recuerda que este es el método de subsistencia del santuario.
¿Y si no puedo visitarlos?
Hay más que podemos hacer. Al no contar con otro apoyo más que la venta de entradas y visitas, el santuario se las está viendo complicadas para seguir comprando las pacas de comida para los burritos, sus medicinas, el mantenimiento general y demás gastos propios de un refugio.
Es por eso que idearon un programa de apadrinamiento en el que todos podemos participar.
Básicamente es que te registres como padrino o madrina de un burrito por un tiempo determinado. Tu decides con qué puedes ayudar pero estarás registrado como colaborador y entrarás gratis al santuario.
Tu puedes elegir a qué burrito quieres apadrinar y aparecerás en el álbum de padrinos. Tu eliges el periodo por el que quieras participar y con qué cantidad.
Además, si esto tampoco está en tus posibilidades pero quieres ayudar, Burrolandia tiene una cuenta bancaria en la que recibe todo tipo de donaciones que son utilizadas por completo para la atención de los burritos.
“Si nos compran una paca, zanahorias, cepillos, medicinas o demás para los burritos es una gran ayuda. Es algo menos que tenemos que considerar y podemos enfocarnos en lo que hace falta“, nos explica el administrador. No tienes que donar mucho, hazlo en la medida de tus posibilidades y pensando en apoyar a este proyecto que busca rescatar al burrito mexicano.
En el santuario hay burritos rescatados de diversas situaciones. A algunos los sacaron de mataderos, una vivió mucho tiempo amarrada y la atacaron los perros, otro sufrió maltrato por muchos años y ahora tiene un comportamiento un tanto agresivo, otros muchos tienen lesiones importantes por sobrecarga, etc.
Pero una vez que llegan al santuario viven felices y tranquilos. De igual forma si conoces a un burrito en condiciones de maltrato o abandono puedes mandarles un mensaje a Burrolandia a través de sus redes sociales para ver las posibilidades de su rescate.
Si el santuario no tiene la capacidad, sí pueden canalizar a otras organizaciones de rescate de animales para que lo rescaten y den refugio en lo que Burrolandia tiene capacidad para recibirlo.
“La idea no es traer a todos los burros de México al santuario sino crear una conciencia de respeto hacia los burritos. Queremos que las personas entiendan su importancia para que así la labor de rescate y preservación sea entre todos“, señala Raúl.
Si está en tus manos no dudes en echarles una manita. El santuario necesita cepillos, champo para caballo, escobas, palas, carretillas, cuenta de 5 metros gruesa, camorra o almartigon para burro, toallas, cubetas, tambos de agua, comederos, bebederos y alimentos como pacas de avena, pacas de alfalfa, cebada, maíz quebrado, zanahorias, alimento de caballo y minerales para caballos.