La historia de la tortuga gigante de Fernandina, en Galápagos, es un completo misterio. En 1900 se tenía registro de un macho, el último con vida, pero en 2019 encontraron una tortuga hembra que vivía en la isla.
Recientemente un estudio demostró que las dos tortugas conocidas son del mismo linaje y distintas a todas las demás, por lo que llega una muy buena noticia: la tortuga gigante de Fernandina no está extinta.

La tortuga gigante de Fernandina
La tortuga gigante de Fernandina (Chelonoidis phantasticus), es una especie de tortuga endémica de las islas que componen el archipiélago de las Islas Galápagos, que pertenecen a Ecuador.
En 1906 fue encontrado un solo espécimen, por lo que se dedujo que con la muerte de este ejemplar esta especie de tortuga estaría oficialmente extinta. Para sorpresa de todos, en 2019 descubrieron una tortuga hembra que vivía en la isla y que dio la esperanza de que la especie seguía viva.
Y ahora todo podría confirmarse.
Recientemente investigadores de varios países publicaron los resultados de un estudio, en la revista Nature. Este artículo demuestra que tras secuenciar los genomas de ambos ejemplares, las dos tortugas Fernandina conocidas son del mismo linaje y distintas de todas las demás tortugas tortugas gigantes de Galápagos.
“Estos resultados implican la existencia continua de un linaje considerado extinto durante mucho tiempo“, se lee en el artículo.

Es importante mencionar que la Isla Fernandina es el volcán más activo de Galápagos, lo que probablemente representa una amenaza directa para que las tortugas sobrevivan ahí.
El estudio explica que llevar al cautiverio cualquier otro ejemplar que se encuentre puede ser la mejor estrategia para garantizar su seguridad y aumentar la supervivencia a corto plazo, sin embargo, las probabilidades de mantener la especie en cautiverio dependerá del número y sexo de ejemplares adicionales que se encuentren.
Ya sea que esta hembra de tortuga gigante fantástica, bautizada como Fernanda, sea la última de su especie o no, su descubrimiento es emocionante ya que genera esperanza de que aunque muchas especies no se han visto durante mucho tiempo, pueden sobrevivir.